124. La Luz Divina debe irradiar desde el pueblo judío a todo el mundo
123. El Señor y los amantes de la naturaleza
120. ¿Por qué Dios no se deja encontrar tan pronto ni tan fácilmente?
118. El amor para con el enemigo
117. Misericordia para con los pobres
116. Las lágrimas de amor son joyas
113. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo
112. ¿Por qué Jesús permitió ser crucificado?
109. El Padre y el Hijo son Uno
108. La palabra del profeta y la Palabra Viva
107. A la Sabiduría se llega sólo si Dios mismo enseña personalmente
105. Sólo los verdaderos hijos recibirán la Revelación de Dios
104. Yo soy la Verdad y la Vida eterna
103. La prueba de la vida dura poco
102. Escritos ocultos en las catacumbas
100. Si supieras cuánto te amo
98. ¿Cuánto tiempo existirá la Tierra físicamente?
96. ¿Estamos atados a Dios o somos libres?
94. La esencia del alma y el espíritu
93. ¿Qué actividad recomienda el Señor para la juventud?
91. Solo los que están preparados soportan la voz interior
90. ¿Estamos en el fin del mundo?
89. ¿Por qué no se ven muchos milagros?
88. ¿Por qué los ángeles no son visibles?
87. Cómo hacer para que Dios nos ayude en la lucha contra el mundo
84. El Hijo del hombre y el Hijo de Dios
83. Dios es el Amor y el Hijo es su Sabiduría.
80. La bendición de la soledad temporal
79. Los talentos en el más allá
76. ¡Deja que los muertos entierren a sus muertos!"
75. El mundo es una herramienta valiosa
72. La protección de Dios y del ángel de la guarda
69. Los sentimientos y el Señor
66. ¿Usaba el Señor sandalias?
64. La Fe es el ojo del espíritu.
63. La emergencia como medio educativo
61. "Apartaos de Mí, malditos, al fuego eterno".
59. El tamaño real de las cosas
58. Son dioses los humanos de la Tierra?
57. ¿Existe vida en los otros planetas?
56. Causas de enfermedades corporales
55. ¿Son los profetas infalibles?
53. La duración de la vida humana es suficiente
50. Supervisión de los pensamientos
48. La necesidad de malos gobernantes
47. ¿Cuánto cuida Dios de nosotros?
46. ¿Por qué a veces son necesarias las enfermedades en los niños?
45. María, directora de las escuelas en el Reino de Dios
43. ¿Por qué permite Dios a los hombres malvados?
42. ¿Por qué Dios necesita que haya noche?
41. La bendición de los escarmientos
40. ¿Puede el Cielo y el infierno estar juntos en un solo sitio?
39. Desarrollo físico y espiritual del trigo
38. ¿Cuántos habitantes puede alimentar la Tierra?
37. ¿Qué significa "de la abundancia del corazón habla la boca"?
35. ¿Se puede vivir sin dolor?
34. ¿Cuántas horas de sueño diario es saludable?
33. El evangelio de la autoacusación
31. Cómo salir de las tribulaciones de la vida
30. Cómo lograr la inmortalidad
29. ¿Cómo obtener el Cariño de Dios?
25. ¿Cuánto se preocupa Dios por los hombres?
24. ¿Por qué tenemos miedo aun creyendo en Dios?
23. Revelación de cosas demasiadas profundas
22. ¿Cómo amar verdaderamente solo a una mujer?
21. ¿Puede el enemigo embellecer a la mujer?
19. Dios despierta a profetas para cada pueblo de la Tierra
18. ¿Por qué es necesario el príncipe de la mentira?
17. Sobre la materia y sus peligros
13. Sin Mí no podéis hacer nada
12. ¿Existe una comunicación con los espíritus del más allá?
10. ¿Cómo se puede ver el Cielo?
9. ¿Cuál es la puerta al Cielo?
8. Cómo vivir libre de tribulación
7. El alma y el espíritu en el hombre
6. Sobre las enfermedades del alma
4. Amar a Dios solo como hombre
3. El miedo no sirve a un corazón libre
«El alma del ser humano es una sustancia puramente etérea, es decir, está formada por muchos átomos de luz (fotones) o partículas extremadamente pequeñas, organizadas en una forma humana perfecta a través de la Sabiduría y la Voluntad todopoderosa de Dios. Y el espíritu puro es precisamente la voluntad que emana de Dios, que es el fuego del amor más puro en Dios».
«El espíritu puro es un pensamiento de Dios, que surge de Su Amor y Sabiduría, y se convierte en un ser verdadero a través de la Voluntad de Dios. Dado que Dios en Sí mismo es un fuego formado por Su Amor y Sabiduría, lo mismo ocurre con el pensamiento que ha sido realizado en un ser propio y, de cierta manera, ha salido de Dios. Así como el fuego es una fuerza, un pensamiento que proviene de Dios también es una fuerza en sí mismo, es consciente de sí mismo y puede actuar de manera independiente con la misma claridad con la que fue creado. Como una fuerza pura, penetra todo lo que se llama materia, pero la materia no puede penetrarlo, porque la materia, en última instancia, no es más que una expresión externa del espíritu que proviene de Dios».
Los judíos son los más adecuados para soportar Mi Presencia personal, ya que no pueden adorarme como a un ídolo, que en este momento (año 33 a.C.) en su mayoría se han vuelto bastante incrédulos a pesar que tienen las Escrituras y la promesa de Mi Venida, pero aún recuerdan la tradición de cómo Dios guió al pueblo, aunque duden de ella,
Porque los que Me reconocen, lo saben por la razón correcta, quién Soy Yo. Los incrédulos, sin embargo, Me consideran un mago, y los de clase media, un profeta. Así que con Mi presencia no se pone en peligro ninguna alma en su singularidad y libre voluntad, y así la Luz debe irradiar desde el pueblo judío a todo el mundo.
Pero una transformación repentina y forzada del alma sería equivalente a la completa destrucción del alma. Yo también podría haber aparecido, en vez de los judíos, a los romanos o cualquier otro pueblo pagano como lo que Yo Soy aquí; pero, ¿qué efecto habría tenido eso en un pueblo ciego y muy supersticioso, contra el cual incluso la enseñanza más sabia no habría servido de nada?
Mira, el pueblo Me habría considerado como un dios u otro, y habría empezado a adorarme y a ofrecerme sacrificios en abundancia, y a Mis discípulos, que ya son capaces de hacer muchas cosas en Mi Nombre, los habrían admirado como semidioses, y les habría construido altares de sacrificio e incluso templos, y así, en un pueblo pagano, no solo no habría destruido ni eliminado su idolatría, sino que la habría incrementado.
«Los hombres pueden tener placer en la belleza de la Tierra, pero siempre deben recordar en sus corazones a Aquel que hizo la Tierra tan hermosa y bien adornada, entonces serán edificados en sus corazones y estado de ánimo. Porque quien contempla las obras de Dios con ojos verdaderos, también puede gozar del vano placer en ellas. Los amigos de la hermosa naturaleza de la Tierra son, con seguridad, hombres de mejor índole y fácilmente llevados a la madurez para el Reino de Dios.
Pero los amigos de los tesoros muertos de la tierra, los amigos de su Mammon, son difíciles de convertir a una luz mejor. Esto se evidencia entre los fariseos, muchos otros ricos judíos y entre los muchos comerciantes, cambistas y mercaderes. Predicarles el Reino de Dios a estas personas sería como intentar blanquear a los negros. Estos tipos de personas son como los cerdos, a los cuales nunca debéis presentar las perlas del cielo como alimento.
Pues personas de este tipo tendrán que lavar sus pecados mortales en la luna calva después de la muerte de sus cuerpos, y permanecerán siempre alejados del Reino de Dios; porque nunca se les permitirá entrar en la nueva Jerusalén. Las personas que carecen de todo amor hacia Dios y hacia el prójimo, también carecen del Reino de Dios en su interior. Estos deben permanecer en su oscuridad negra. Su morada será en la luna, y solo en ese lado que siempre mira inmóvil, siempre fijo, hacia la materia de esta tierra.
Es algo nuevo lo que Yo os he dicho aquí, pero es verdad; quizás en otra ocasión podamos hablar un poco más sobre esto, aunque no Me agrada perder muchas palabras sobre los establos de cerdos y los correccionales de personas trastornadas de esta Tierra».
«Con el tiempo, Adán empezó a aburrirse porque no se reconocía a sí mismo ni encontraba nada parecido a él. Entonces, invisible para los ojos de su alma todavía ciegos, el eterno Amor le sopló Vaho y por primera vez se durmió en el ámbito del Amor misericordioso.
Y, como si se tratara de un sueño dulce, el Amor misericordioso formó en el corazón de Adán una figura parecida a la de él, de gran garbo y hermosura.
Como el eterno Amor vio que Adán sentía una gran alegría en la contemplación interior de su segundo yo, le tocó en aquel lado en que le estaba dado un corazón parecido al Corazón de la Divinidad... un corazón receptivo para el Amor y para la Vida que se origina en el Amor de Dios... y le quitó de esta manera su amor propio, para preparar allí una morada para Sí mismo mediante la futura Ley de la Gracia misericordiosa...
Y al amor propio en cuya contemplación interior Adán había encontrado tanto placer, lo proyectó fuera de él y lo llamó Eva, cuyo significado es “el inicio de la liberación del amor propio y del renacimiento espiritual que de ella resulta”.
Luego el Amor misericordioso le despertó para que contemplara su amor propio fuera de él, y vio que él estaba encantado... Y el amor fuera de él que desde entonces se llamó Eva se deleitó al ver al hombre Adán, se inclinó hacia él y siguió cada uno de sus movimientos».
«El Reino de Dios es como una semilla de mostaza, que es una de las semillas más pequeñas. Pero cuando se siembra en buena tierra, crece rápidamente hasta convertirse en un árbol majestuoso, de modo que las aves del cielo vienen y hacen sus nidos en sus ramas y follaje.
Mi Palabra es como esa pequeña semilla. Colocadla en los buenos corazones de los hombres, y pronto se desarrollará en ellos como un árbol, en donde la clara comprensión, proveniente de los cielos, encontrará su morada bajo sus ramas y follaje.
Así es también Mi Reino, comparable a una mujer que, para hornear pan, tomó tres medidas de harina y solo agregó un poco de levadura. Sin embargo, cuando amasó la masa, esta se fermentó adecuadamente gracias a la pequeña cantidad de levadura. Observad, Mi Palabra es como esa poca levadura, mezclada con mucha harina, y es suficiente para fermentar mucha masa. Por lo tanto, dad a los hombres en Mi nombre solo lo que sea necesario por el momento; Mi Palabra obrará el resto por sí misma.
A aquellos a quienes nace un niño, que solo se preocupen por su salud; su crecimiento depende únicamente de Mí.
Cuando transmitáis Mi enseñanza a los hombres en la Verdad, que habéis recibido de Mí, también hacedles ver que los frutos de esta enseñanza solo se cosecharán cuando los corazones se hayan apartado por completo del amor al mundo y a sus riquezas; porque el amor a las cosas del mundo es como una nube gris oscuro que se interpone constantemente entre la visión del alma y la luz de los cielos.
Por esta razón, la mayoría de los hombres tienen solo vagas intuiciones de algo más elevado y sobrenatural, debido al débil resplandor que es una consecuencia de la luz celestial pura que brilla detrás de la nube gris. Pero como la nube no se disipa y en lugar de volverse más clara, a menudo se oscurece y a veces se vuelve completamente oscura, no comprenden ni captan la sabiduría pura de los cielos. Por lo tanto, están siempre llenos de preocupaciones, miedo y ansiedad, creyendo en toda clase de tonterías y buscando consuelo y tranquilidad en los ídolos muertos y sus sacerdotes, ya que no pueden esperar el verdadero consuelo de los cielos, ya que la nube mencionada permanece inquebrantablemente entre la visión del alma y el sol del cielo.
Pues mirad, el hombre es como un viajero que viaja en un día nublado, cuando densas nieblas rodean valles y montañas. Aunque esas nieblas hacen que todo el paisaje, por lo demás hermoso, sea completamente invisible, el paisaje sigue existiendo; solo sus imágenes puras no pueden llegar al ojo del viajero, y por lo tanto, no puede tener una idea o una representación de lo que la densa niebla oculta ante sus ojos. Él observa el camino y reconoce, a partir de las señales apenas visibles, que está probablemente en el camino correcto. Pero a menudo aparecen senderos laterales, lo que lo llena de temor y preocupación, porque no puede estar seguro de cuál es el camino correcto. Espera a que otro viajero venga hacia él o en dirección opuesta. A menudo vienen; pero les sucede lo mismo que al que desea saber de ellos lo correcto. Uno piensa que tal vez el camino medio lleva al lugar indicado; otro dice que ese es el lugar donde el camino al lugar indicado gira a la derecha; un tercero afirma lo contrario, y un cuarto piensa y dice: "No conocemos este lugar en absoluto; por lo tanto, volvamos directamente y permanezcamos en el lugar del que partimos hasta que se disipe la niebla, y luego podremos emprender nuestro viaje con seguridad".
Y así, de esta imagen, podéis ver claramente cómo le va a la mayoría de los hombres en su viaje al Reino de Dios.
El Reino de Dios cubre los rincones más puros y bellos de esta tierra eterna, montañas, valles, jardines y ciudades, arroyos, ríos, corrientes, lagos y mares, ocultados ante los ojos del alma por la niebla del amor al mundo. Por lo tanto, vuestra tarea es, ahora que he disipado la niebla en vosotros, disiparla también en aquellos a quienes anunciaréis Mi Palabra; porque si no lo hicieras, estarías construyendo casas sobre la arena, que no resistirían cuando llegaran las tormentas, las lluvias y las inundaciones, sino que se derrumbarían y serían arrastradas por las aguas maliciosas.
Pero si disipáis la niebla mientras difundís Mi Palabra, entonces estaréis construyendo casas sobre roca, y aunque vengan tormentas, lluvias e inundaciones, no podrán dañar las casas construidas sobre sólida roca.
Nadie puede servir a dos señores que se enfrentan entre sí; porque tendrá que elegir entre uno u otro, y por lo tanto, será amigo o enemigo de uno u otro. Del mismo modo, nadie puede servir tanto al mundo junto con su mammon muerto y, al mismo tiempo, al Reino vivo de Dios; porque esto es imposible.
Por lo tanto, aquel que quiera servir al Reino de Dios debe eliminar el reino del mundo de su corazón. Pero cómo hacerlo, ya os lo he mostrado a todos muchas veces, no solo con palabras claras y vivas, sino también a través de varios actos. Haced lo mismo, y cosecharéis muchos y buenos frutos.
La cosecha sería grande y abundante, y mucho trigo ya está completamente maduro para ser segado; pero hay pocos segadores. Por lo tanto, también rogad al Señor de la cosecha que envíe rápidamente muchos segadores a sus campos.
De todo esto, ahora podéis entender claramente lo que tenéis que hacer principalmente al difundir Mi Enseñanza entre los hombres; pero lo que es mucho y lo extraordinario no necesitáis anunciarlo a todos, sino solo a aquellos que os seguirán en vuestro ministerio. Pero lo que ahora os he dicho como guía, decídselo también a aquellos que os seguirán en vuestro ministerio encomendado por Mí, ¡y todo saldrá bien!».
«Si los seres humanos encontraran con facilidad lo que buscan, pronto perdería su valor para ellos y dejarían de esforzarse por buscar y explorar más. Caerían en la pereza y el tesoro espiritual que encontraron tan fácil y rápidamente les sería aún menos útil que si tuvieran que buscarlo constantemente con ansiedad y solo lo encontraran raramente y con dificultad en este mundo. Por eso, las grandes revelaciones ocurren raramente, para que las personas, angustiadas en la noche de sus almas, tengan que tomar cartas en el asunto y buscar la verdad y, así, a Mí con todo su empeño».
«Yo quitaré la Luz a los hijos (los judíos) y os la daré en abundancia a vosotros, los paganos, porque he encontrado en poco tiempo, entre los paganos que viven aquí, griegos y romanos, más fe que la que se pueda encontrar en todo Israel. El amor y la humildad han llegado a ser cualidades del corazón humano completamente extrañas a los judíos, mientras que, con frecuencia, las encuentro en vosotros abundantemente.
Por eso se lo quitaré a los hijos y os lo daré a vosotros, es decir, todo Mi Reino temporal y eterno, y que los hijos se alimenten con las inmundicias del mundo».
El Amor y la Misericordia están en un grado más alto que la Sabiduría y la Justicia. Tráta a tu enemigo con amor y compasión, así tú serás uno Conmigo y con Aquél que está en Mí y del cual he venido para ser un hombre al igual que tú.
«Sé misericordioso y encontrarás también gran misericordia. No olvides a los pobres, porque todos, sin excepción, son mis hermanos Lo que les haces a ellos, lo haces Conmigo y Yo te lo devolveré centuplicado.
¡Busca lo grande, es decir Mi Reino, para que así lo pequeño de este mundo también te sea concedido. Pero si buscas lo pequeño, entonces no podrás ser tenido por digno de lo grande».
«Yo vierto una preciosa lágrima por tu hijo. Así fueron creados todos los mundos, de una lágrima de Mis ojos. Y así mismo será también formado el nuevo Cielo.
Yo te digo que las buenas lágrimas son de un grandísimo valor en el Cielo. Porque con estas joyas preciosas se adornará eternamente el Cielo. Mas las malas lágrimas del odio, de la envidia y de la cólera fortificarán el infierno en su solidez».
«Los que crean que Mi Doctrina ha salido de Dios, que resuciten en el último día en el cual cada uno reciba su justo juicio.
Pero los que Me aman como tú, esos jamás gustarán de la muerte. Sino que como el más rápido pensamiento, así tan deprisa, así serán transfigurados de esta vida del cuerpo a la más luminosa Vida Eterna, y habitarán Conmigo, su Padre desde la eternidad».
«Aquí en Judea, Yo he dicho a menudo a aquellos que he ayudado a liberarse de toda clase de males corporales: “¡Mira, esto lo ha hecho tu fe!”. Mas a ninguno he preguntado todavía: “¿Me amas?”. Y hasta ahora ninguno Me ha dicho desde el fondo de su corazón: “¡Señor, yo te amo!”.
Pero tú, sin haberme visto, ya creías mucho antes que Yo soy el Único. Y ahora ya Me amas como uno que ha renacido por el fuego del Espíritu desde hace ya mucho.
¡Oh, Abgaro, Abgaro, si supieras y pudieras comprender cuanto Yo te amo por eso y qué gran alegría das a Mi eterno Corazón de Padre, una felicidad demasiado grande te ahogaría de tal modo que no podrías seguir viviendo!»
«Yo, Jesús, salí del Padre, el Cual está dentro de Mí, como Yo dentro de Él. El Padre es el Altísimo porque Él es el Amor en Mí. Mi Voluntad, es decir el Espíritu que emana de Mí y del Padre, actuando de Eternidad en Eternidad, es el Santísimo. Y todo esto soy Yo, El que te revela tales cosas!»
«¡Si Yo permití ser perseguido como un hombre débil, es porque Yo ya lo había previsto incluso antes de que la Tierra fuera fundada y antes que el Sol, la Luna y las estrellas iluminaran la Tierra desde el firmamento!».
«Y tuvo que suceder todo así en Mí porque si no, ningún hombre hubiera podido alcanzar jamás la Vida Eterna»
«La cruz llegará a ser para todos los tiempos venideros, la piedra angular del Reino de Dios, al mismo tiempo la puerta para entrar en él!»
¡Sólo Yo soy el Señor, y fuera de Mí no existe ningún otro! Por eso Yo hago libremente lo que hago, y nadie puede decirme: ¡haz esto o no hagas esto!
«Abgaro, bienaventurado eres, porque no Me has visto y, sin embargo, has creído en Mí. Pues ¡mira, sobre Mí está escrito que aquellos que Me hubieren visto no creerán en Mí, para que aquellos que no Me hubieren visto crean y vivan en la Eternidad!»
Dice el Señor:
«El que Me envió es Mi Padre Eterno y está en Mí; y así Me envié a este mundo por amor a vosotros, para traeros y daros Vida Eterna.
Mi Palabra y Mi Enseñanza, que os muestra el camino a la Vida Eterna, es precisamente la voluntad de Aquel que está en Mí y que Me envió. Porque el Padre, como Amor Eterno, está en Mí, y Yo, como su Luz, estoy en Él.
¡Pero mira la llama de la lámpara que brilla aquí sobre la mesa! ¿Puedes separar la luz de la llama o la llama de la luz? Pero la llama es lo que Yo llamo 'Padre' y 'Amor', y la Luz es su Hijo, que es enviado por la llama para iluminar la oscuridad de la noche. ¿No son la llama y su luz un solo ser? ¿Y no está tanto la llama en la luz como la luz en la llama? Pero si esto es así y es imposible de otra manera, entonces la Voluntad del Padre se revela en la Luz que emana de Él.
Por tanto, quien camina en esta luz, también camina según la voluntad de Aquel que Me envió como su Luz a este mundo; y quien camina en esta Luz no puede equivocarse y debe cosechar la Vida Eterna, porque la luz por la cual y en la que camina es la Vida Eterna misma.
Sólo aquellos que abandonan esta Luz y comienzan a caminar de nuevo en su propia noche mundana no pueden cosechar la Vida Eterna y libre del alma mientras no pasen a la Luz de la vida».
«La palabra del profeta es tan sólo una guía fiel y muestra a las personas cómo pueden llegar a la Palabra Viva de Mi Boca y a través de ella pasar a la vida del espíritu. Mi Palabra ya es la Vida en sí misma y da vida a todo aquel que la escucha con buen corazón, porque la Vida fundamental de toda vida pasa inmediatamente a la vida del hombre».
«Yo, el Señor, os digo a todos: al final cada persona debe ser enseñada directamente por Dios en su corazón; porque quien en última instancia no es enseñado por el Padre (o por el Espíritu de Dios que está en Mí) en el camino del amor puro hacia Mí y hacia el prójimo, no vendrá a Mí, que soy el Hijo del Amor Eterno, que soy la Luz Eterna, el Camino, la Verdad y la Vida misma; porque Yo soy la Sabiduría del Padre en Mí Mismo.
Si bien no lo entendéis completamente ahora, pero lo entenderéis cuando hayáis renacido en espíritu a través de Mí después de Mi ascensión; porque este es el Espíritu de toda Verdad, que vive eterna y plenamente en Sí mismo, y os guiará a toda sabiduría».
¿Quién es la 'carroña' en este mundo que le hace taparse la nariz y le da asco cuando la gente habla de esta carroña? ¡Desafortunadamente, Yo Mismo tengo el honor de ser esta carroña!
¿Quiénes son las 'águilas', que se han vuelto poco común? — ¡Estos son los pocos amantes completos de Aquel que aquí os lo hace saber! Estos pocos amantes tienen un rostro afilado y una nariz afilada; o tienen un sentimiento profundo y vivo y, en consecuencia, un poder de juicio infalible que, en conjunto, es una fe viva.
¿Por qué entonces se reúnen las águilas donde hay carroña? Porque su instinto les dice: “¡Hay comida viva para nosotros!” Por eso vuelan allí y se sacian por completo.
Así también Mis verdaderos veneradores y amantes saben que Yo soy un verdadero Pan de Vida eterna, y este Pan es Mi amor; Disfrutan esto al máximo y, de ese modo, se alimentan de una vida que nunca jamás les será arrebatada.
De modo que el hambriento sabe que debe comer el verdadero pan si quiere quedar satisfecho. ¿Pero se saciará si le das un libro de cocina para leer en lugar de pan?
¿O qué cara pondría un águila en poco tiempo si quisieras atraparla y luego encerrarla en un trastero? ¿Se contentará con los objetos mohosos y podridos? Ciertamente no; ¡Se debilitará y la muerte le llegará!
Así que no entréis en las cámaras donde se está desmoronando la carroña de la muerte, la carroña de Balaam, la carroña del paganismo y la idolatría, sino ¡volad hacia el cielo con las águilas, y fácilmente veréis dónde está la carroña que os trae la vida!
La altura es el conocimiento puro de Mi Palabra, y la carroña es la Palabra viva, que se ha vuelto repugnante al mundo, y el mundo huye de ella como de la peste donde la huele. Si queréis experimentar esto, simplemente comenzad a hablar con una persona mundana, en primer lugar, sobre la Biblia y luego, en segundo lugar, incluso sobre la posibilidad de una palabra interior y viva de Mi parte, entonces, en el mejor de los casos, él os enviará al manicomio; o si las cosas empeoran un poco, inmediatamente os publicitará como tontos peligrosos para el estado, y ya será hora de abandonar su esfera.
¡Pero de esto queda claro quién es la "carroña" y quién es el "águila", y qué es la "cámara" y qué es el "desierto"!
Por lo tanto, si no vais al desierto ni a las cámaras, sino que buscáis el cadáver en la libertad de vuestro espíritu, ¡encontraréis la verdadera vida!
Creo que esto os quedará claro otra vez; ¡Pero la próxima vez iremos más lejos hacia un sol central!
«Si en un país, vivem un millón de personas de la manera actual (30 d.C.), difícilmente encontrarás cinco mil personas que, después de muchas discusiones, te creerían razonablemente (este milagro). Pero ni tú ni nosotros, los ángeles, podríamos necesitar una fe ciega de la gente.
No importa en absoluto si muchos o pocos creen; porque el Señor sólo vino al mundo por Sus pocos hijos y no por la gente del mundo. ¡Y así seguirá siendo hasta el fin de este mundo y de sus tiempos!
Siempre que el Señor se revele nuevamente en la Tierra, ya sea solo a través de la Palabra o, a veces, personalmente en algunos momentos, ¡siempre lo hará solo con Sus verdaderos hijos que son de arriba!
¡El mundo y sus hijos recibirán poco o nada para disfrutar de Él! Para ellos, la eternidad es suficiente para llevarlos a una luz muy inferior.
¡No creas que esta luz suprema de los cielos alguna vez penetrará a todas las personas en la Tierra!
Sólo los verdaderos hijos, siempre en pequeño número, recibirán esto pura y abundantemente, y los hijos del mundo sólo construirán templos y casas de ídolos con su inmundicia y los cercarán con leyes de hierro y reglas ciegas y estúpidas, por eso nada podrá dañar a los pocos hijos verdaderos, sobre esto el Señor siempre tendrá el más fiel cuidado».
«Yo Mismo soy la Verdad, el Reino de Dios, la Resurrección y la Vida eterna. El que cree en Mí, obtendrá la Vida eterna, ya que Yo lo resucitaré en el último día. Quien permanece en Mí en la Fe y en el Amor, Yo también permanezco en él; pero en quien Yo permanezco, él ya tiene Vida eterna en sí mismo y nunca verá, sentirá ni probará la muerte».
«Si este mundo no estuviera destinado por Dios a ser una escuela de prueba para la vida, en el que todo ser humano debe practicar toda la paciencia, la mansedumbre, la humildad y el amor en el camino de la abnegación extrema hasta que renazca espiritualmente en plenitud, entonces Yo Mismo no hubiera venido a vosotros para daros el mejor y más verdadero ejemplo en todo.
Si los hombres de esta Tierra quieren llegar a ser hijos de Dios por la eternidad, entonces también se deben utilizar los medios que han sido dispuestos por Dios para alcanzar el más alto propósito de la vida, someterse a la Voluntad del sapientísimo Padre con toda paciencia y sumisión en esta prueba de la vida, que dura poco tiempo».
«En las catacumbas romanas y en los castillos de los curas de España e Italia, y aquí y allá, y también en el reino alemán se encuentran aun ahora algunas copias de los escritos importantes que provienen de Mi Tiempo en la Tierra; pero la codicia, y la adicción al brillo y al dominio de la prostituta de Babilonia no permite que nada de esto se difunda entre los hombres, y esto debido al miedo y la gran preocupación que tiene ella a traicionarse a sí misma y después de ser llevada a un juicio severo por parte de todo el mundo por haber privado a los hombres de la Verdad por tantos siglos. Ya que el motivo malvado es evidente por sí mismo para cualquier hombre pensante, entonces no es necesario aclararlo más minuciosamente».
El primer hombre en hablar en lenguas fue Adán. Enoc, quien hace mención de este hecho, explica, en la obra El Gobierno de Dios, tomo 1, capítulo 41, versículo 8, lo siguiente:
«Nuestro patriarca Adán nos dijo palabras llenas de Sabiduría y de un sentido muy profundo. Nosotros no las comprendimos, porque nos habló algo de lo cual él mismo no estaba consciente. Siendo esto así, se comprende fácilmente que el Padre Adán haya hablado con tanta emoción. Aunque haya hablado de manera humana, son cosas habladas con la LENGUA DEL ESPÍRITU en el Nombre de Dios. Este Espíritu ha sido pues un testigo del Amor en y de Dios, y es por eso que nuestra naturaleza corpórea de carne no ha podido comprender nada de todo lo que es de Dios y del Espíritu del Amor».
«¡Mi bendición, Mi Amor y Mi Gracia, a ti, mi muy querido hijo Abgaro!
Yo digo frecuentemente aquí en Judea, a aquellos que he curado de toda clase de males corporales: “Mira, esto lo ha hecho tu fe”. Mas a ninguno he preguntado todavía: “¿Me amas?” Y hasta ahora ninguno Me ha dicho desde el fondo de su corazón: “¡Señor, yo te amo!”
Pero tú, sin haberme visto, ya creías mucho antes que Yo soy el Único. Y ahora ya Me amas como uno que ha renacido por el fuego del Espíritu desde hace ya mucho.
¡Oh Abgaro, Abgaro! Si supieras y pudieras comprender cuánto te amo por eso y que gran alegría das a Mi eterno Corazón de Padre... una felicidad demasiado grande te ahogaría de tal modo que no podrías vivir nunca más.
Sé firme ante todo lo que durante un tiempo oirás sobre Mí de los malos judíos, que pronto Me entregarán en las manos del verdugo. Mas si no te escandalizares cuando lo oigas decir, serás espiritualmente el primero, después de tu hijo, que participará vivamente en Mi Resurrección de la muerte.
En verdad, en verdad te digo: los que creen que Mi Doctrina ha salido de Dios, esos resucitarán en el último día, cuando cada uno reciba su justo juicio. Pero los que Me aman como tú, esos jamás gustarán de la muerte. Sino que como el más rápido pensamiento, así tan deprisa, así serán transfigurados de esta vida del cuerpo a la más luminosa vida eterna, y habitarán conmigo, su Padre desde la eternidad. Tales cosas sin embargo, guárdalas cuidadosamente en secreto hasta que Yo haya resucitado».
El Señor explica que hay dos tipos de habitantes en la Luna: los espíritus y los que tienen cuerpo físico. Los espíritus son aquellos hombres que llevaron una vida muy mundana y se volvieron adictos a ella. Aquellos espíritus que en vez de elevarse se hunden más en la adicción al mundo, encarnarán en el lado oculto de la luna y vivirán en cuevas subterráneas. El Señor recomienda no llevar una vida mundana en la Tierra para evitar pasar por esta suerte de vida.
«Por eso, este lado de la Luna tampoco está habitado por ningún ser orgánico; sus habitantes son más bien de naturaleza espiritual. Estos habitantes espirituales son exclusivamente aquellos que antes fueron muy adictos al mundo durante su vida física y ahora están cautivados allí para que mejoren y para que, de esta manera, aún puedan mirar embelesados al mundo hasta la saciedad».
«Y cuando, después de un período de tiempo significativo, se dan cuenta de que su mirada embelesada al mundo no está dando frutos y escuchan a los maestros enviados allí, aquellos que están dispuestos a actuar pronto serán conducidos desde allí a un nivel superior y dichoso de libertad; los menos obedientes, sin embargo, se revisten nuevamente con cuerpos físicos para vivir corporalmente en la Luna y tienen que arreglárselas allí llevando una vida corporal muy pobre y llena de miseria».
«Aún pasará mucho tiempo antes de que la Tierra entregue a todos los prisioneros (es decir, a los espíritus atrapados en la materia); porque la Tierra es actualmente (en el año 1,847) aún un gran conglomerado. Sí, transcurrirán aún algunos millones de años terrestres, donde la Tierra pasará por su última prueba de fuego en el fuego del sol. Lo que pueda ser disuelto y liberado allí, alcanzará la libertad; pero lo que el fuego del sol no pueda disolver, lo que no se vuelva líquido en este fuego, permanecerá como escoria eternamente, como una prisión de los más malvados, y esto será la última y eterna muerte».
Comentario del editor: En esta joya, el Señor declara que la vida en nuestra Tierra existirá por varios millones de años aún. Es decir, no habrá una guerra nuclear en la que se extinga toda la vida humana, y es que el Señor tiene el control sobre el planeta y el Universo. Su profecía «El cielo y la tierra pasarán, pero Mis Palabras no pasarán» (Mateo 24:35) tardará un buen tiempo antes de cumplirse.
El obispo católico, Obispo Martín, se tropezó con el lugar en el que le habían puesto para que realice una tarea para la salvación de su propia alma. Debido a que para el obispo el lugar tenía un aspecto luterano, y como "buen" católico que era, rechazó el lugar porque repudiaba a Lutero y todo lo que tenga que ver con él. Pero el Señor Jesucristo le responde lo siguiente:
«Mira, Martín, si bien Lutero no fue un hombre perfecto del que se podría decir con la mayor justificación: “¡Era un hombre conforme al corazón de Dios!”, sin embargo, aun así, Lutero fue mucho mejor que muchos de tu iglesia católica, que quieren ser los “únicos” que tienen toda la razón y los únicos que se consideran los más perfectos. ¡Pero en realidad los católicos son básicamente los más imperfectos y los últimos en el Reino!
»¡Y esto es así porque solo Lutero tuvo el coraje loable en medio de la noche babilónica, la más grosera, para traer de vuelta la Palabra pura de Dios a la humanidad y así guiarla por el camino correcto del Señor!»
En otro pasaje de la Nueva Revelación a Jakob Lorber, el obispo Martín trata de excusar su actitud nefasta que llevó durante su vida diciendo que nadie tenía el valor de enfrentarse a toda la "peligrosa" maquinaria de los gobernantes del malvado mundo por miedo a perder la vida, pero el Señor le responde lo siguiente:
«Oh mira, Martín, podría nombrarte un gran número de hermanos, junto con Lutero, que se atrevieron a predicar la Palabra pura de Dios al mundo entero en una era altísimamente oscura. Y mira, los gobernantes del "malvado mundo" no le cortaron la cabeza del cuerpo; mas bien sólo le fue muy mal a aquellos que cayeron a vuestras manos católicas».
«¡Yo fui eternamente, oh Señor, una vida dentro de Ti, pero estaba atado a Tu infinita abundancia de vida ; sin embargo Te complació, en un cierto momento de Tu existencia, que esta, mi partecita de vida, fuera colocada fuera de Ti para que sea libre y, así, ahora soy eternamente una partecita de vida liberada que proviene de Ti.
Si bien en el pasado también fui eternamente una criatura, pero sin libertad por sí misma, aunque sí haya sido libre dentro de la unidad a Tu Vida infinita y libre!
Señor y Padre, ¿he juzgado el asunto bien o me he equivocado de alguna manera?»
«¡No, Lamech, esta vez tu conclusión es completamente buena y verdadera; de esto puedes estar totalmente seguro con la confirmación de Mi propia Boca!
Así es, como lo has expresado, y entonces Yo y tú existimos desde la eternidad, —solo con la diferencia que Yo soy el Todo Eterno, y tú eres únicamente una partecita de este Todo infinito dentro de Mí y proveniente de Mí.
Esto es pues, con seguridad, muy verdadero: que el pensamiento de cada hombre tiene que ser tan antiguo como antiguo es él mismo; y depende del hombre en qué momento él lo piensa o mejor dicho lo libera colocándole dentro de su fuero interior.
Y cuando esto sucede, entonces el hombre es, por decirlo así, el "creador" de los pensamientos y el que les da forma dentro de sí, como también a menudo es el que los coloca fuera de sí a través de la acción.
Y así estos pensamientos están allí como si fueran seres libres, a pesar que aun están unidos al creador, es decir, al hombre que los pensó.
Mira pues, ¡lo mismo sucede entre nosotros! ¡Yo soy el Hombre de todos los hombres, y vosotros, los hombres, sois todos Mis Pensamientos, es decir, Mi Vida, porque los pensamientos, los pensamientos libres, son la Vida verdadera dentro de Mí, de la misma manera que vuestros pensamientos, dentro de vosotros, son la vida vuestra, ya que todos vosotros habéis sido creados según Mi Imagen y Semejanza!
Por tanto, es imposible que vosotros, como Mis Pensamientos eternos, seáis más jóvenes que Yo Mismo, y por eso esta vez tú, Lamech, has juzgado el asunto en forma completamente correcta.»
«Vamos a retirarnos y a dedicarnos a la introspección, que es una verdadera celebración del sábado de Dios».
Tras estas palabras Mías reinó el silencio en la casa, y así estuvimos sentados unas tres horas.
«Desde ahora hasta mediodía nos dedicaremos a algunos ejercicios de contemplación introspectiva a la sombra de los árboles.
En verdad os digo: Nada hay más beneficioso para el ser humano que una contemplación introspectiva de vez en cuando. El que quiera examinarse a sí mismo y a sus fuerzas, deberá adentrarse frecuentemente en sí mismo y contemplarse.
Y como es tan necesario, dedicaremos la mañana a ese ejercicio y después del almuerzo daremos un paseo con el barco para ver qué pasa por ahí».
Algunos no sabían cómo hacer una introspección y me preguntaron por ello. De modo que se lo expliqué:
«Relajaos en silencio y meditad vivamente sobre vuestras actividades y sobre la Voluntad de Dios, que os es bien conocida, y ved si la cumplisteis en las diversas fases de la vida. Si os adentráis en vuestro corazón y os contempláis de esta manera, entonces dificultáis más y más la influencia de Satanás. Por eso no hay nada que este busque con más empeño que desorientar al hombre en su introspección mediante diversas fantasmagorías triviales.
Cuando tras alguna práctica el hombre alcanza una cierta habilidad en la contemplación de su fuero interno, entonces reconocerá con mucha facilidad las trampas que le tiende Satanás.
Las puede desbaratar y destruir fácilmente y puede tomar precauciones enérgicas contra todos los futuros ardides de dicho enemigo.
Satanás lo sabe muy bien y por eso se dedica con empeño a distraer y ocupar el alma, con diversas fantasmagorías exteriores y, estando al acecho y sin ser visto, le resulta muy fácil organizarle al alma una gran variedad de trampas que al fin la enredarán de tal manera que ya no llegará a la introspección, con gran perjuicio para ella.
Así el alma quedaría cada vez más separada de su espíritu, al que ya no podrá despertar; lo que es el comienzo de la segunda muerte del hombre.
Ahora sabéis en qué consiste la introspección interior.
Dedicaos a ella en silencio hasta el almuerzo y no os dejéis perturbar por apariciones exteriores. Pues Satanás procurará apartaros de ella por medio de visiones externas. Pero entonces recordad que Yo os lo vaticiné y volved en seguida a vuestra introspección interior».
Con esto todos se relajaron y cada cual empezó a contemplar con fervor su propio “yo”, lo que duró una hora sin incidentes.
«Señor, ¿cuál es la esencia del alma y del espíritu y cuáles son sus formas?»
• El alma humana es una sustancia puramente etérea.
• El alma está compuesta de muchos átomos de luz
• Estos átomos son partículas luminosas pero de las más pequeñas. (La ciencia moderna los conoce como biofotones. Nota del editor.)
• La Sabiduría y la Voluntad de Dios le da forma humana al alma perfecta.
• El espíritu del hombre es un pensamiento de Dios que emana de Su Amor y Su Sabiduría
• A través de la Voluntad de Dios el pensamiento emanado se convierte en un ser verdadero con propia identidad
• El espíritu mismo es un fuego del Amor purísimo en Dios
• El espíritu es por tanto la Voluntad emanada de Dios
• Dios en sí mismo es fuego por Su Amor y Sabiduría
• El pensamiento toma consciencia de su propia existencia y de que ha surgido de Dios
• El fuego es una fuerza como también lo es un pensamiento de Dios pero consciente de sí misma
• es consciente de sí mismo
• puede actuar por sí mismo con la misma claridad de la que surgió
• penetra todo lo que se llama materia porque es un poder puro
• no puede ser penetrado por la materia, porque la materia no es más que una manifestación externa del espíritu de Dios.
• es materia que ha sido disuelta de nuevo por el poder del espíritu
• se convierte en el cuerpo luminoso y substancial del espíritu cuando se unan ambos
• toma la forma original del mismo espíritu obligado por la fuerza espiritual después que la materia de la carne se pudra y se disuelva a través de la voluntad
• se convertirá en el vestido que había sido en el pasado
hermoso paisaje bucólico, mirad las flores y varias otras cosas y pensad cómo un buen Dios creó todo esto de Sí Mismo a través de Su Sabiduría y Omnipotencia, y estad muy agradecidos con Él en vuestros corazones, entonces pasaréis el tiempo de la manera más útil posible y tendréis una gran alegría en vuestros corazones!
Pero no necesitáis estar parados, andar o pensar en una sola línea, sino levantaos y caminad libremente, y de la misma manera como veis en Mí y en todas las demás personas, así disfrutaréis mucho mejor que estar observando vuestro orden rígido de estar en línea. – ¡Id ahora y haced según Mi consejo!»
«Señor por este milagro quiero repartir la mitad de mis riquezas entre los pobres y la otra mitad la administraré yo para ellos. Porque es conocido que los pobres no saben de economía y por lo general gastan demasiado de tal manera que después, en el tiempo de la emergencia, no tienen nada».
«¡Haz así, querida mujer! Y así deberían hacer todos los ricos para que los pobres no tengan nunca que sufrir emergencias. La emergencia es algo malo y a menudo lleva a los hombres a cometer peores pecados que los ricos.
El rico, por lo menos mantiene una honra pública en el mundo y no da tanto escándalo al mundo como un pobre al cual la emergencia lo vuelve capaz de cometer las peores acciones.
Sin embargo, un rico sin misericordia que se aprovecha de los pobres para ejecutar sus vicios es, a pesar de toda su honra mundana, mil veces peor que el pecaminoso pobre.
Porque el pobre se vuelve pecaminoso por la emergencia, y el rico es el creador del vicio dentro de su abundancia que no puede consumir.
¡Contigo, Mi querida mujer, la riqueza es una bendición de los cielos y dará material y eternamente una enorme ganancia a sus administradores! Porque quien quiera ser virtuoso tiene que ser siempre ahorrativo y buen economista para que sea capaz de dar una ayuda a los pobres en los tiempos de emergencias».
El Señor explica que hay dos formas de revelar su Palabra:
Primero por medio de una revelación escrita o predicada públicamente para que todo oído carnal la lea o la escuche. Y segundo la palabra interior secreta que sale del Corazón de Dios y va al corazón de quien la escuche dentro de sí.
Esta segunda Palabra, la voz interior, es dada solo a cierta línea de hombres preparados y cuyo interior es capaz de soportar la omnipotencia de Su Palabra. Porque solo un ápice, viniendo directamente de Dios, destruiría y mataría a cualquiera que no esté preparado.
Lo que está escrito o predicado en público lo puede leer u oír solo los hombres de buena voluntad y buen sentido. Esto no solo no los matará, sino que los fortalecerá y fortalecerá para la vida eterna.
Sin embargo si los hombres malvados y mundanos lo leyeran para burlarse de ella, entonces esta también los destruiría y los mataría (espiritualmente), aunque esté solo escrita!
Dice el Señor a Jakob Lorber:
«Tú, Mi siervo y escribiente, ¿crees que Yo no he mencionado este hecho en aquella época (cuando el Señor encarnó en la Tierra)? ¿Acaso quieres ser tan débil en la fe como lo eres en la carne? Te digo que a Cirenio y a Cornelio (discípulos romanos) incluso les di tu nombre y algunos más detalles; y en este momento son testigos felices de todo lo que te estoy dictando ahora para que lo escribas (en el Gran Evangelio de Juan) . Al final también te diré los nombres de los que desde ahora hasta dentro de unos dos mil años (3851 aproximadamente) escribirán y harán cosas mayores y más importantes que las que tú haces ahora. De momento toma nota de esto y continúa escribiendo todo con plena fe».
Dios sabe muy bien en qué entorno debe poner al hombre y cómo debe tratarle para que, en corto o largo tiempo, alcance la meta que Él mismo definió.
Si Dios realizara milagros irrefutables ante los hombres, estos no le ayudarían a avanzar hacia la meta, sino al contrario, les dificultarían mucho porque es una forma de coacción que inhibe el libre albedrío y elimina el libre pensamiento.
La bienaventuranza se alcanza viviendo de acuerdo a la Palabra de Dios.
Por tanto, una libre incredulidad es infinitamente mucho mejor que una fe coaccionada a través de un milagro.
El gran plan de Dios en el hombre es la libertad de la voluntad en el hombre. Se trata de la libertad más plena e independiente posible.
Dios puede enseñar al hombre para que alcance la perfección de la vida, y esto no le hace daño, pero nunca se le debe obligar a esto a la fuerza, ni Dios ni otro espíritu.
Si el hombre fuera obligado a la fuerza entonces estaría juzgado y por lo tanto completamente muerto y ya no sería un ser libre e independiente.
Por este motivo, Dios no permite que el hombre tenga casi ningún contacto con el reino de los espíritus puros. Algo que está reservado para los profetas.
«Debido a que vosotros, los humanos de esta tierra, habéis surgido justamente del Amor puro de Dios, es decir, vosotros mismos sois el Amor de Dios, nosotros, los ángeles, que somos seres provenientes de la sabiduría de Dios, no debemos perturbaros ni en lo más mínimo durante vuestra existencia en vuestro desarrollo libre que proviene de vuestro amor original de Dios.
Y tú, hermano terrenal, ahora entenderás un poco más claramente porqué nosotros, ángeles de Dios, no podemos acompañaros visiblemente.
Si bien tenemos el permiso de despertar en vosotros la sabiduría y el poder que duerme en vuestro amor a Dios, sólo de una manera delicada y completamente imperceptible, pero nunca os inspiraremos ni una chispa siquiera de nuestra sabiduría; porque esto no despertaría vuestra sabiduría, sino que solo la aplastaría».
«Yo puedo saber desde la eternidad todo lo que un hombre será en la madurez de sus años. Sin embargo, para que el hombre pueda obrar con entera libertad en la madurez de sus años sin ser turbado, aparto Mis Ojos de él durante un tiempo y no presto atención a sus acciones libres, salvo que me ruegue encarecidamente que le ayude en la lucha que sostiene libremente contra el mundo».
La trampas vienen a menudo como un beneficio para la víctima. Empezando por el caso cuando se le dijo a Eva: «Eva, disfruta tranquilamente de comer la manzana, porque no solo no morirás, sino que te saciarás con el conocimiento de toda clase de vida inherente a Dios - al que tú temes, a pesar de que es más débil que tú». (gobd1.8) El beneficio consistía en gozar, libre de remordimientos de la conciencia que le decía que ese disfrute le iba a hacer daño.
Y así, la humanidad constantemente ha estado cayendo en infinidad de trampas elaboradas por el enemigo de la vida.
El deseo de mujeres lo combatía por medio del trabajo pesado, con una alimentación escasa, con la oración y por el trato con hombres sabios.
Hay que reconocer que precisamente en ese punto tenía que combatir mucho, pues su apariencia y el tono de su voz tenían un gran atractivo, por cuyo motivo también las cinco hijas de Cirenio, todas sumamente guapas, estaban rendidamente enamoradas de Él, rivalizando entre sí para gustarle más.
Tal amor, por supuesto, le agradaba. Sin embargo, siempre tenía que decirles que no le tocasen.
«¡Mírame! Tengo una cabeza, un cuerpo, manos y pies. Todo esto es carne y es un hijo del hombre, porque lo que es carne viene de la carne. Pero en este Hijo del hombre, carne, reside la Sabiduría divina que es el Hijo unigénito de Dios».
«Tanto amó Dios al mundo que le dio su Hijo unigénito, es decir, su Sabiduría que emana de Él desde toda la eternidad, para que todos aquellos que creen en Él no perezcan sino tengan la Vida eterna».
«Sin embargo no es el Hijo unigénito de Dios sino el Hijo del hombre el que será elevado como la serpiente de Moisés en el desierto».
A mitad de camino, algunos de los discípulos tuvieron hambre y sed, porque solo había cisternas viejas y abandonadas y algunas posadas igualmente abandonadas en este camino desértico, que estaban habitadas por unos pastores muy pobres, que no tenían nada que ofrecernos excepto un poco de queso y leche
A mitad de camino los discípulos me pidieron que ahora también les hiciera una señal para fortalecer sus cuerpos físicos.
Pero Yo dije: "Podría hacer eso si fuera estrictamente necesario; pero si ahora puedo ayunar un poco, ¿por qué no vosotros? Tendremos mucho que hacer en el lugar donde estaremos en unas horas, y es bueno que lleguemos más sobrios que en cualquier otro lugar. ¡En el pueblo encontraréis un moderado fortalecimiento para vuestros cuerpos!"
Los discípulos quedaron satisfechos con eso.
«Por supuesto que es bastante fastidioso estar permanentemente solo por mucho tiempo; pero una soledad así tan prolongada no deja de tener sus ventajas: dispone uno de mucho tiempo para reflexionar sobre muchas necedades, para abominarlas, deshacerse por completo de ellas y expulsarlas fuera de sí. Y esto vale mucho más que la compañía más grande y espléndida en la que siempre suceden más bien cosas estúpidas o malas que sabias y buenas.
Más dura aún es la soledad acompañada por peligro de muerte, aunque no sea sino aparente. ¡Pero incluso una soledad así es aún mil veces mejor que la compañía más encantadora y bonita! En un aislamiento semejante no hay sino una aparente perdición posible; y si se produjera, todavía quedaría una salvación.
Sin embargo, en la compañía encantadora amenazan miles de peligros reales, cada uno totalmente capaz de llevar alma y espíritu a la perdición y al infierno, desde donde el retorno es casi imposible. Por eso el aislamiento que pasaste, pese a que lo percibiste como fatal, no fue en absoluto desafortunado para tu ser.
En el Reino de Dios, cada uno puede ocuparse bienaventuradamente de acuerdo a los talentos que practicó durante su vida en la Tierra.
¡En donde Yo estoy, también está Mi Reino, y este Reino es el Cielo más íntimo y más alto! Este Cielo, sin embargo, no es un cielo de ociosidad o pereza eterna, sino un Cielo de plena actividad, en la que todos vosotros, de ahora en adelante, seréis introducidos cada vez más y más profundamente: cada uno de vosotros os ocuparéis en lo que ya habéis hecho ejercicios preliminares de vuestros talentos en la Tierra. ¡Que así sea!
Saber y sentir son dos cosas muy distintas. El saber se alcanza mediante el duro empeño y la astucia mundana por las experiencias; pero para un verdadero sentimiento hace falta mucho más que aprender y experimentar.
Muchos conocimientos no proporcionan al corazón humano la capacidad de sentir y querer de manera correcta. La experiencia en todo caso nos hace prudentes y astutos en lo bueno como en lo malo. Pero sólo un sentimiento verdadero vivifica y ordena todo, da tranquilidad y felicidad. Por eso es preciso que se vigile y se cuide los sentimientos del corazón desde los primeros momentos de la educación de los niños.
Porque si no se ha educado desde el principio al corazón sino solamente al intelecto, el corazón se endurece y se vuelve soberbio según la imposición del intelecto. Pero una vez que el corazón se haya vuelto soberbio, es muy difícil inculcarle la formación de los sentimientos, a no ser que tenga que pasar duras pruebas como miseria y sufrimientos. Entonces sucederá que el corazón tendrá que sufrir diversas presiones que lo amolden como la cera y lo hagan suave y sensible con la miseria y los sufrimientos de los semejantes afligidos.
Tú, pequeña Jarah, dime ¿cómo oras?
Con todos mis pensamientos y sentimientos me pongo en la profundidad más honda de mi corazón, allí en donde se encuentra el Amor para con Dios. Con esto, este santo Amor recibe alimento como si pusieras leña seca y fácilmente inflamable sobre unas brasas calmadas sin llama. La leña pronto va a avivar el fuego casi extinguido de modo que se originen llamitas pequeñas; estas pronto prenderán la leña y luego todo va a pasar a llamas vivas y luminosas. De esta manera también se hace todo Luz y calor en mi corazón. Entonces es cuando habla el espíritu divino similar al de Dios que se despierta en mi corazón:
“¡Oh Tú, mi santo Padre que estás en los Cielos! ¡Santificado sea tu Nombre! ¡Tu Amor paternal venga a nosotros pobres pecadores! ¡Hágase tu santa Voluntad aquí en esta Tierra como en todos tus Cielos! Si hemos pecado contra tu santo Orden eterno, perdónanos tal insensatez y ten paciencia e indulgencia con nosotros, como también nosotros tenemos paciencia e indulgencia con aquellos que han pecado contra nosotros. ¡No permitas que nosotros, en nuestra debilidad humana, seamos tentados por el mundo y el diablo más allá de nuestras fuerzas! Con tu Gracia, Amor y Misericordia líbranos de todos los males que pudiesen turbar nuestro amor para contigo, oh, santo Padre amado. Más siempre que tengamos hambre y sed, espiritual y físicamente, danos según tu mejor parecer lo que necesitemos cada día. ¡Únicamente para Ti todo mi amor, toda la honra y toda la alabanza para toda la eternidad!”.
Esto es para mí orar; sin embargo, esta oración no vale nada delante de Dios si no ha sido avivado antes en la profundidad del corazón el amor para con Dios, según el modo mencionado, ardiendo en llamas luminosas mediante la unificación de todos los pensamientos y sentimientos en el centro divino del corazón. Si falta esta condición previa, cualquier oración por bonita que sea es un horror ante Dios y no será escuchada.
Porque Dios en Sí es Espíritu y por eso debe ser adorado en el espíritu del Amor y en la clara Luz de la Verdad. — Así lo siento y entiendo yo.
“¡Sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos!” (Mateo 8:22)
Y el discípulo inmediatamente abandonó su petición y siguió a Jesús en el barco; porque comprendió que era mejor preocuparse por la vida que por la muerte, ¡una vana preocupación que es más adecuada para los muertos! Porque todo el que cree en la pompa funeraria está más o menos muerto por el hecho de honrar a la muerte y por tener una gran fe en honor a la muerte.
La verdadera muerte del hombre es el egoísmo, cuyo espíritu es la soberbia. Soberbia que, sobre todo, ambiciona la honra; y así un entierro lujoso de un difunto no es más que la última procesión altiva de la persona espiritualmente muerta hace mucho tiempo.
Alguien que posee una buena, útil y necesaria herramienta para su trabajo, ¿no sería tonto si él se apasionara de tal manera por la herramienta, que ya no quisiera utilizarla, la mirara con arrebato, y la guardara en una caja fuerte para que no se oxide, ni pierda algo de su belleza, y así evitar que disminuya el disfrute de su vano placer?
¡El mundo es también una herramienta para vosotros, una herramienta con la que, convenientemente aplicada, podéis crear muchas cosas buenas y magníficas. Y como ahora sois discípulos míos, tenéis que utilizarla como Yo, vuestro único y verdadero Maestro, os he enseñado en estos tres días!
Utilizada y aplicada así, esta herramienta os preparará la Vida eterna y os hará fuertes en esta Vida eterna. Si la utilizáis de otra manera, podrá ser como un cuchillo muy afilado en manos de niños inconscientes los cuales fácilmente pueden hacerse una herida grave que difícilmente podrá curar un médico.
Si vives seriamente de acuerdo a Mi Doctrina prepararás al Cristo vivo en el presente.
De esta manera Me transportarás de tu memoria hasta tu corazón y solo así obtendrás esa alegría que ya no podrá arrebatarte ningún mundo o eternidad, ¡ni siquiera por un momento muy breve!
El gozo sin fin no se puede alcanzar hasta que uno pueda decir con Pablo: «ya no soy yo el que vive, sino que es Jesucristo el que vive en mí». Gálatas 2:20.
Solo Dios da tristeza y alegría, siendo Señor en todos los corazones y en lo que hay en ellos.
Señor, ¿por qué, a veces, sabes de antemano lo que va a pasar, pero otras veces preguntas como si no lo supieras?
Con gusto te revelo este tema. Y aunque no lo entenderás del todo, sin embargo te diré que Dios puede saber todo lo que quiere saber; pero aquello que no quiere saber, para que el hombre pueda actuar libremente, ¡entonces eso no lo sabe!
Si bien ahora crees que la vida humana en esta Tierra es entonces un asunto muy peligroso, pero te digo que no es así. Porque cada hombre es libre de dirigirse en todo momento a Dios para pedirle su protección. En este caso Dios se volverá hacia él y le ayudará en los apuros que sean.
De todos modos, a cada hombre le es dado por compañero un espíritu de la guarda invisible que le acompaña desde su nacimiento hasta la tumba. Tal espíritu hace insinuaciones a la conciencia del hombre y, sólo se aleja cada vez más del hombre confiado a él cuando este, llevado por su egoísmo, abandona libremente toda fe y todo amor al prójimo.
De modo que el hombre de ninguna manera está tan abandonado en esta Tierra como te imaginas. Si quiere o no quiere que Dios le guarde y le guíe, depende únicamente de su propia voluntad absolutamente libre y de sus acciones.
Si el hombre lo desea, también lo deseará Dios. Si no lo desea, Dios le deja absolutamente libre para ello. Pero en tal caso, Dios tampoco se preocupará ya de él en adelante, salvo en aquello que el puro orden de la naturaleza destina al hombre. Aparte de eso Dios no establece relaciones con tal hombre, por cuya libertad intangible tampoco puede hacerlo.
Sólo cuando un hombre busque a Dios por la libre voluntad de su corazón y le ruegue, Él atenderá sus ruegos de la manera más directa, siempre que las intenciones del hombre sean absolutamente sinceras.
Pero si el hombre busca y ruega sólo para intentar convencerse si en Dios y sus promesas hay algo de verdad, entonces Dios se apartará de él y no le tendrá en cuenta. Porque Dios en sí mismo es el Amor absolutamente puro y no vuelve su semblante sino a quienes vienen a Él en el amor puro de sus corazones, buscan a Dios por Él mismo para conocerle como su Creador y, llenos de gratitud, desean ser protegidos y guiados por Él mismo.
Dios está siempre vuelto hacia quienes vienen de esta manera, sabe cómo se encuentran y Él mismo les enseña y les guía por todos los caminos. Pero Dios tampoco quiere saber nada de aquellos que no quieren saber nada de Él.
Y un día, en el Más Allá, serán citados ante Dios; y aunque mucho clamen: “¡Señor, Señor!”, Dios les contestará: “¡Apartaos de Mí, nunca os conocí!”. Y tales almas tendrán que sufrir y luchar bastante hasta que, reconocidos por Dios, puedan acercarse a Él.
¡Quien está Conmigo y se queda conmigo, está en su verdadera Patria, y quien no busque esta Patria, la única verdadera y eternamente permanente, andará continuamente errante en país extranjero y desértico, similar a un animal espantado y perseguido que busca alimento y refugio en el desierto, sin encontrar ni lo uno ni lo otro. Y hasta morirá de inanición, sed y frío, y al final será víctima de animales salvajes cuya patria es el desierto solitario!
¿Quién se vio privado de algo en Mi Presencia? ¿No fueron todos alimentados y saciados por los Cielos, física y espiritualmente? ¿Ha sufrido alguno hambre o sed o alguna otra desgracia? ¿Acaso las autoridades mundanas persiguieron a alguno por haberme seguido? Os digo: Quien quiera irse, ¡que se vaya! Pero quien quiera quedarse, ¡que se quede! Pues Yo no preciso de los hombres sino ellos de Mí.
Quien me abandona también será abandonado por Mí.
Y quien no me busca, tampoco Yo le buscaré con gran entusiasmo.
Dice el arcángel Rafael:
El corazón humano es un pequeño jardín, aunque sea muy pequeño: si se cultiva el corazón diligentemente según la Enseñanza de la boca del Señor y no se omite esfuerzo alguno para ponerla en práctica toda la Enseñanza, pronto el corazón estará tan lleno de Bendición y Gracia de los Cielos que el hombre finalmente podrá cuidar de su alma y espíritu por propia cuenta — sin que continuamente precise de nuestro consejo y de nuestra ayuda.
Esto es lo que el Señor intenta hacer con el hombre: que se convierta en un ciudadano de los Cielos completamente independiente, según el Orden eternamente inalterable de Dios. ¡El que alcanza esta meta, ya ha alcanzado todo!
Yo conozco a todos los hombres y sé lo que pasa en sus corazones. Además, toda influencia o manejo de los sentimientos que pueda haber en sus corazones proviene únicamente de Mi parte, y donde es necesario Yo sé lo que he de hacer.
El alma que, mediante una actividad adecuada, en su mayor parte tiene que formar, por sí misma, su propia consistencia basándose en elementos esenciales del cuerpo, también reposaría junto al descanso despreocupado del cuerpo, ya que originalmente la tendencia a la inactividad también está presente predominantemente en él.
Y es que esta tendencia por un descanso perezoso y despreocupado es una cualidad innata del cuerpo, que en realidad está muerto en sí mismo;
Por lo tanto, no sería bueno permitir que una persona goce por completo de bienes materiales para su cuerpo; porque entonces al final se volvería tan perezosa que ya no le importaría nada.
Pero a través de las dolorosas necesidades del cuerpo, el alma primero se despierta de su letargo; porque siente que un total descuido del cuerpo le traerá la muerte al final junto al cuerpo.
Por lo tanto, pone todas las palancas en movimiento cuando el cuerpo lo necesita y lo cuida lo mejor que puede. Pero como ahora tiene un gran miedo a la muerte, pronto comienza a dedicarse a investigar la vida real además de su trabajo para el cuerpo y pronto descubre de su despertado amor por la vida que ella, como alma, todavía vive, incluso si el cuerpo muere.
Dice el Señor:
Entre los hombres hay un error grande que siempre se repite y consiste en que sólo pocos se dan cuenta sobre qué es lo que carecen y en dónde existen deficiencias dentro de ellos.
Pero si los hombres se dieran cuenta y tomaran conciencia sobre esto, entonces buscarían, con gran celo y diligencia, aquello que les falta, se empeñarían en encontrarlo, y también encontrarían mucho.
Pero como son flojos y no saben ni sienten lo que aún carecen, entonces tampoco buscan lo faltante, ni lo encuentran.
Porque quién busca, encuentra y quien pida, a él se le será dado, y quién toca la puerta, a él se le será abierta.
Porque todo aquel que pide, recibe, y el que busca, encuentra, y al que llama, se le abre.
En varios pasajes de la Nueva Revelación se menciona que el Señor andaba descalzo. Por ejemplo en Dádivas del Cielo, sobre su aspecto físico el Señor revela lo que sigue:
«Que la figura esté vestida con una ancha túnica de pliegues de color celeste al estilo israelita, con un ribete de un dedo de ancho, descalza, la mano derecha extendida en dirección hacia vosotros pecadores — como si estuviera diciendo: “Venid hacia Mí todos los que estéis cansados y recargados! ¡Yo quiero reconfortaros!” — y la mano izquierda puesta sobre el corazón, como diciendo: “¡Hijos, éste es el camino de la Vida, allí está la puerta hacia el Padre! ¡Quién no entra por allí no llega al Padre!”»
Dice el Señor:
«No tengo herramientas conmigo ni ungüentos ni polvos secretos, tampoco encontrarás un bolsillo en mi abrigo y mi manto, y ni en el de mis discípulos; mira, no tenemos ni llevamos bastones y andamos descalzos».
Los sacerdotes judíos no creían que Jesús era el Mesías anunciado en las escrituras. Pues ellos esperaban a un Mesías poderoso y lleno de Gloria. Pero el Señor vino al mundo de la manera más sencilla y vivió en la completa pobreza. Casí durante sus 30 años no hizo milagros (a excepción de los 12 años). Los sacerdotes decían: "¡Fuera con este carpintero que ha aprendido magia y anda descalzo!"
Nada más que la muerte de la carne. La carne o el cuerpo físico es similar a una tumba, en la que no hay mucho de interesante, es decir, ¡no hay nada más que moho maloliente, suciedad altamente repugnante y huesos en descomposición, y, a todo eso, una legión de gusanos que la comen!
¡Mira, estos son los "tesoros del mundo"! - Por horribles que sean, sobre todo en este tiempo, estos tesoros son buscados con tan alta vehemencia apasionada, que los hombres se ponen a jugar con pensamientos suicidas llegando casi al borde de la desesperación cuando Yo, a través de Mi Amor paternal y sin interferir en su libre albedrío, hago todo lo posible para impedir que se arrojen inmediatamente al abismo de la muerte eterna.
¡Mira, así está ahora el mundo! ¡Y también así están constituidos los hombres que se han sumergido en el mundo, es decir, los hombres se han vuelto tan inexpresablemente necios y a menudo verdaderamente malvados! Y también te digo que en la actualidad apenas hay una persona medio justa entre cien, y apenas una persona completamente justa entre mil. Porque, en la mayoría de los casos, el mundo los ha castigado con completa ceguera.
Sólo a través de este ojo espiritual, es decir de la Fe, el hombre es capaz de ver en las profundidades de las maravillas de la vida. Las muchas maravillas serán abiertas para el que cree. Al incrédulo, sin embargo, no se le puede ayudar porque no puede ver con su ojo ciego el gran taller de la vida de Dios. Lo único que encontrará será excretas de la muerte.
Y es que la vida es espiritual y no material. Un microscopio no tiene la capacidad de espiar en las esferas de acción de la vida. Esto únicamente lo puede hacer el ojo del espíritu: la verdadera Fe.
El Padre Celestial ha escondido a Sus hijos muchas cosas que serán reveladas cada vez con mayor perfección en la misma medida en que vaya creciendo la verdadera humildad dentro de ellos. Esta humildad consiste en la obediencia más voluntaria posible, la más sencilla e inocente, como también la más ejercitada y capacitada.
El Señor revela porqué a veces permite que la humanidad pase por penurias y emergencias; y explica que todo lo que sucede en el mundo y pueda ser denominado "contrario a las leyes morales" o también malvado o ruin tiene que ser considerado sólo como una palanca permitida por Dios. Porque todo lo que sucede es puro y bueno para el hombre puro. Aunque el hombre débil e impuro no esté de acuerdo en esto, aun necesita esta palanca "malvada" que lo motive hacia la actividad que le aleje de la inercia y pereza.
Esto es así porque lo que ha sido permitido por Dios tiene que suceder como palanca motivadora a la actividad que le lleva a ser un hombre mejor. Porque la edificación de la vida necesita obligatoriamente la actividad, y ésta tiene que estar acompañada de una motivación, que es la palanca que corresponde a la actividad misma.
Por eso, así como están las cosas en el mundo, así tiene que ser.
Dice el Señor:
"Yo no he venido para dar paz a la Tierra ni una letal tranquilidad, sino la espada para incitar a la lucha hacia un mayor grado de actividad.
El Amor, frente al odio, se convierte en una verdadera y viva fuerza de actividad. La muerte tranquila tiene que huir del Amor.
La emergencia que persigue a la humanidad convierte a los hombres en seres llenos de actividad, y con el tiempo, en personas pacientes, mánsas y entregadas a Mi Voluntad.
¡Si no existiera la mentira junto a sus amargas consecuencias, ¿qué valor tendría la Verdad en sí?!
¿Quién enciende en el día una luz, y quién valora a una lámpara de aceite que arden en medio de la luz del sol?"
Mi querido hijo, no está mal cuando Mis hijos Me cuentan algo o Me lo describen. Porque a todos los niños les gusta decir cosas, en especial Conmigo con Quien les gusta hablar mucho.
Si Yo no permitiera que Mis hijos pequeños me digan nada por el hecho que soy omnisciente, es decir que sé y conozco todo absolutamente, entonces probablemente Yo nunca intercambiaría una palabra con vosotros, Mis pequeños. Pero Yo no quiero que Mis hijos nunca se pierdan una sola alegría, por eso también deben contarme todo lo que experimentan en algún lugar, incluso sobre lo que escuchen y lleguen a ver.
Porque Yo, por la eterna fidelidad y Amor de Mi corazón paternal, os aseguro la verdad de lo siguiente:
A Mí me da felicidad solo lo que da felicidad a Mis hijos. No es Mi Divinidad, no es Mi Sabiduría, Mi Omnipotencia ni Mi Omnisciencia lo que genera la mayor felicidad de todo Mi Ser, sino solo el gran Amor por Mis verdaderos hijos, que Me aman, como todos vosotros que ahora os reunís a Mi alrededor.
Creedme, fui infinitamente más feliz en la Cruz que cuando comencé a construir el cielo y la tierra a través de Mi Palabra omnipotente. ¡Porque como Creador Yo era, un juez inexorable, en medio de Mi Divinidad eternamente inaccesible! Pero en la Cruz colgaba como un Padre muy cercano y lleno del mayor Amor, rodeado de tantos niños pequeños que aún no habían reconocido plenamente al Padre en Mí. No lo reconocieron porque el Hijo crucificado (es decir, el Cuerpo del Padre) se interpuso en el camino. Sin embargo ellos Me amaban con todas sus fuerzas como el Hijo del Padre más supremo.
De cierto os digo que un corazón, que verdaderamente Me ama, Me da más que todos los cielos y mundos con toda su gloria. ¡Sí, Yo quiero abandonar 99 cielos y buscar un corazón que pueda amarme!
Pero ¿dónde está la madre, que disfrutando en su casa de una gran compañía y música y juegos deliciosos de todo tipo, y que, en medio de la gran alegría de la fiesta, escuche llorar a su hijo recién nacido y probablemente en peligro de enfermarse, que no deje la fiesta de inmediato y se apresure a ir en pos de su hijo?
Si bien ella espera con justa razón el agradecimiento y el respeto de sus invitados, pero en el pecho de su hijito late un corazón, en el que está sembrado el amor por el corazón de su madre.
Sí, os digo a todos: ¡esta madre también dejaría 99 sociedades más brillantes y se apresuraría hacia su hijo en el fervor del amor futuro, ya que una pequeña chispa de amor verdadero es más alta que mil mundos llenos del más poderoso brillo milagroso!
Pero si una madre terrenal ya hace esto, cuánto más Yo, que soy para Mis hijos, soy todo en abundancia como Padre y Madre. Como Padre en Mi Corazón y como Madre en paciencia, mansedumbre y bondad infinita.
Por tanto, vosotros Mis amados hijitos, no me tengáis miedo, y habladme y decidme, si escucháis o véis algo, y desahogad el amor de vuestro corazón, porque Mis más maravillosas creaciones solo Me complacen cuando os agradan a vosotros.
¿O acaso la madre no sabe lo que su pequeño le está hablando mientras balbucea? Y, sin embargo, la primera llamada "mamá" de la boca de su favorito le da mil veces más alegría, por más ininteligible que lo pronuncie, que el discurso más sólido de un sabio.
¿Qué son los pensamientos más sublimes sobre mundos, soles, pueblos y ángeles en comparación de un solo llamado “¡Mamita querida!” que brota del corazón germinado de amor del hijito? Así también es Conmigo. A qué se compara en tamaño, cuando un hijito que me ama, despierta de su precedente y necesario sueño del juicio, gritando libre y sinceramente: "¡Amado Papá!".
Por eso, tú, mi amado hijito, no te dejes confundir en el futuro por el impulso de tu corazón, y tampoco todos, porque tu sencillez infantil es infinitamente más alta para Mí que la más alta sabiduría del querubín más profundo. Por eso Yo di a conocer tales cosas en la tierra cuando dije a Mis discípulos:
"Entre todos los que nacieron de mujer desde el principio del mundo, ninguno fue mayor que Juan, es decir: el Bautista; ¡pero en el futuro el más pequeño de Mi reino (del Amor) será más grande que él!" (Lucas 7:28).
Fuente: Obispo Martín, capítulo 186, versículos del 6 al 17, recibido por Jakob Lorber.
1.) Apartaos de Mí, vosotros a quienes Yo, Dios, os maldigo ahora mismos, id al fuego para sufráis por la eternidad y para siempre el tormento del infierno.
2.) Vosotros, que os habéis maldecido a vosotros mismo (con vuestras malas acciones), no podéis quedaros Conmigo porque Mi Divinidad os aniquilaríais, por eso mejor que os alejéis y vayáis al fuego que es eterno para que os purifiquéis y así podáis volver puros a Mí.
Respuesta: La segunda.
A través de los ojos físicos, el alma puede ver a otro ser humano sólo porque dentro de ella están todos los hombres en forma de imágenes.
Puede ver no sólo a los hombres que ha conocido personalmente sino también todos aquellos que han vivido sobre la Tierra, los que aun viven hoy y los que aun vivirán en la Tierra; y todos los hombres que viven en el más allá, es decir, en el mundo de los espíritus.
Estas imágenes que contiene el alma son similares a las que se reflejan en un espejo.
Los seres humanos vistos en el interior del alma son solo imágenes sin vida propia, sin embargo el alma tiene la capacidad animarlas como si tuvieran vida propia, de tal manera que puede interactuar con ellas e incluso llevar una conversación.
Pero el alma puede usar también esta capacidad para conectarse fácilmente y en forma real con la persona que representa la imagen.
Esto se debe a que el alma es un espejo vivo que puede dar vida a las imágenes en su interior e interactuar con ellas como si fueran una verdadera realidad.
Mientras el alma viva en el mundo, esta capacidad es aún imperfecta. De tal manera que la persona no sabe usarla con mucha utilidad.
El alma que se libera por completo de lo mundo tomará consciencia de la utilidad de esta capacidad dada por Dios al hombre.
Cuando alguien mira un objeto físico, en realidad solo ha entrado en contacto con su imagen. Solo el sentido del tacto permite el contacto real con el objeto.
Si por ejemplo alguien quisiera ver una piedra en su tamaño real, una de tal tamaño que entra en la palma de una mano, entonces tendría que aumentar su imagen enormemente y ver a un nivel atómico todas las maravillas que Dios ha colocado en ella para su constitución. Ni mil años bastarían para maravillarse de observar sus elementos. Ese sería el tamaño real de un objeto. Un alma iluminada con su espíritu puede tener la alegría de ver las cosas en su tamaño real.
Sin embargo hasta los ángeles más perfeccionados del Cielo tienen sumo respeto por ver, sentir, pensar o comprender las cosas creadas por Dios en su tamaño real y reconocer en ellas la gran maestría y superioridad de Dios.
Las almas y sus correspondientes espíritus de los hombres de esta Tierra han sido puestos de tal manera que tienen la capacidad de ser Hijos de Dios. Esto significa que ellos pueden hacer lo que Dios mismo hace. Por eso se dijo ya en la antigüedad a través de la boca de los profetas: ¡Vosotros sois Mis Hijos y por lo tanto sois dioses, como Yo, vuestro Padre, soy Dios!
Ver Salmo 82:6 : "Yo dije: Vosotros sois dioses, y todos vosotros hijos del Altísimo" y Juan 10:34: "Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois?".
El Señor revela que aparte de la Tierra existen incontable planetas incluso mucho más grandes. Pero en ellos no hay tal enemistad que se observa entre los seres vivientes de la Tierra. Y si la hay, es mínima. Esto es debido a que los hombres de la Tierra pueden llegar a ser Hijos de Dios (según su alma y espíritu). Por eso ellos podrán hacer lo mismo que Dios hace.
Para confeccionar un alma es necesario unir muchas partículas anímicas de los diferentes reinos de la naturaleza a través de muchos años. Los antiguos sabios llamaban a este proceso la "transmigración de las almas".
Es decir que cuando las formas materiales de las criaturas se comen unas a otras, se liberan las almas de tales formas y se unifican con almas similares para encarnar en una nueva forma material de nivel superior. Este proceso se repite hasta el ser humano.
Cada espíritu humano es el encargado de llevar a cabo este proceso. Él es el quien despierta, conduce, construye y mantiene las almas hasta edificar un alma humana. Allí, cuando el alma humana está lista, es cuando el espíritu entra recién dentro de su esfera de completa libertad de tal manera que es capaz de edificarse a sí mismo en el plano moral.
Y cuando el alma ha alcanzado un cierto grado de perfección espiritual a través de sí mismo, entonces se unifica con su espíritu de luz y amor del plano espiritual. Aquí el hombre empieza a asemejarse a Dios cada vez más y más. Cuando al alma se le retira el cuerpo físico, entonces él es ya un ser completamente semejante a Dios. Y puede crear de sí mismo todo lo que quiera y también mantenerlo sabiamente.
Esto sucede solo en este planeta y en ningún otro porque la Tierra corresponde al corazón de Dios. Y Dios solo tiene un solo corazón.
Contesta el Señor:
Esto no es alguna determinación resultante de la todapoderosa Voluntad de Dios, sino sólo es algo que Él permite para que los hombres mejoren.
Los primeros hombres de la humanidad, aquellos que permanecieron en el orden y la sencillez, (estilo de vida aprendida del Espíritu de Dios), no conocieron enfermedad alguna que precediera a la muerte corporal.
Mayormente alcanzaban una alta edad, nunca enfermaban y al final de sus días se dormían tranquilamente sin que sus almas experimentaren dolor o miedo a la muerte.
Su alimentación era siempre lo mismo y no: "hoy así y mañana diferente". Mayormente vivían de leche, pan y frutas buenas y maduras de los árboles. Comían así toda su vida y bebían agua fresca de manantial.
Por tal motivo, los nervios de sus cuerpos físicos eran nutridos siempre por las mismas sustancias anímicas buenas e inofensivas. De esta manera no podían entrar, de contrabando, sustancias anímicas malvadas, impuras o dañinas al cuerpo físico.
Por eso estos hombres permanecieron siempre constantemente igual de fuertes y sanos, tanto espiritual como físicamente.
Pero si se consume miles de diferentes alimentos deliciosos o exquisitos, y que llenan los estómagos y vientres, está claro que la gran cantidad de sustancias, no bien fermentadas y por lo tanto aún impuras, malvadas y dañinas, se apoderarán del cuerpo físico y comenzarán a mortificarle poco a poco y, con el tiempo, a torturarlo cada vez más y más.
Esto sucede debido a que, entre tales diversas sustancias, se genera dentro del cuerpo humano una constante lucha o batalla entre sí. Si bien el cuerpo físico tiene la capacidad de apaciguar tales luchas, pero solo lo puede hacer durante un corto tiempo, de tal manera que, al final, el hombre tiene que refugiarse en todo tipo de hierbas y raíces que conoce por experiencia, con el fin de pacificar y tranquilizar la tendencia a la revolución de estas sustancias anímicas en el interior del cuerpo.
El problema es que tal estado de salud recuperada no dura mucho tiempo, en especial en personas de edad avanzada. A menos que se refugien, por un tiempo más prolongado, en una alimentación corporal completamente simple.
Pero por lo general esto no sucede así porque la mayoría de los hombres, que han logrado recuperar más o menos una salud aceptable, pronto tienen ganas de volver a sus antiguas delicias, con lo que nuevamente se enferman, incluso peor de lo que estaban antes y empiezan a desfallecer y por lo general tienen un final doloroso.
Las enfermedades actuales, que preceden a la muerte corporal de los hombres, son, por lo tanto, nada más que la consecuencia de haber abandonado por completo el antiguo orden.
Pero, al mismo tiempo, estas enfermedades son un guardián protector del alma que en algunos hombres aún está sana. El propósito es que ella se vaya separando y retirando poco a poco de su carne malvada y nociva. Además, con esta separación, el alma se libera y escapa de las ataduras de las malvadas sustancias anímicas de su cuerpo físico en el caso que éstas empiecen a realizar demasiado daño al alma.
También sirve para que el alma pueda separarse de su cuerpo para siempre y a tiempo oportuno con la ayuda de su propio espíritu que mora en el mundo más allá de la materia y que es de una mejor naturaleza. De tal manera que el alma abandona para siempre hasta el más mínimo deseo de volver a entrar dentro de un cuerpo físico.
Otra cosa es el caso de un alma que se volvió malvada y abandona su cuerpo físico. Ella buscará, con el fin de vengarse amargamente de la carne, entrar en la carne de algún hombre que aún vive en la tierra con la intención de torturarla de la manera más cruel posible y sin la más mínima piedad. Este hecho se puede observar en los hombres poseídos por malos espíritus.
(gej10.182.1-6,19)
Con su Espíritu todopoderoso, la Divinidad de Dios obliga al profeta hablar, escribir y actuar en aquellos momentos en donde Dios necesita acción. Todo esto sucede estrictamente de acuerdo con la Voluntad de la Sabiduría divina, pero después de esta acción deja al profeta completamente libre nuevamente, y entonces él puede hacer y actuar como quiera, y aquí, en esta ocasión, es en donde el profeta también puede cometer errores como cualquier otra persona.
Sé muy bien que Moisés cometió ciertos errores con su pueblo, al igual que su hermano Aarón; y es por ello que ninguno llegó a la tierra prometida. Aarón llegó hasta el monte Hor, se le permitió ver la Tierra Prometida, pero luego se acostó en la montaña y murió. Moisés llegó al monte Nebo, vio la tierra prometida y tuvo que morir en ella.
Moisés había enriquecido con mucha sabiduría a la tribu de Leví, que estaba constantemente a su alrededor; Pero a las otras tribus los dejó continuar con su inmadurez. E incluso gobernó al pueblo, a veces, de manera tiránica, sin que la Divinidad de Dios le hubiera dado órdenes al respecto. Por esto, y a menudo, Moisés recibió reprimendas de parte de Dios.
Lo mismo fue también el caso con todos los demás profetas; porque ninguno de ellos disfrutaba realmente de su vocación, y la Divinidad siempre tenía que estar detrás de ellos realizando todo tipo de correcciones y forzándolos a actuar. Pero mira, esto ya es la norma en este mundo actual (año 32 D.C.). Esta es la razón del porqué Dios no puede ni debe quitarle al profeta más sabio la voluntad más libre, su amor, su raciocinio y su entendimiento; porque de lo contrario se convertiría en una herramienta muerta.
Un romano explica que los judíos hacen mal en no comer la carne de cerdo y es por eso que los judíos viven menos años que los romanos. El Señor le contesta lo siguiente:
Lo que entra por la boca y está fresco y bien preparado, no contamina al hombre y nunca perjudica la salud si se consume con moderación. Sólo no se debe comer la carne de animales muertos por asfixia, como es habitual en algunos paganos, porque en la sangre de los animales actúan ciertos elementos de la naturaleza aun inmaduros, que para la naturaleza humana es prácticamente un tóxico y, por tal motivo, contaminan también la sangre de los hombres, le causan enfermedades y lo incapacitan para sus actividades.
Un romano se pregunta por qué la vida es demasiada corta para aprender tanto conocimiento importante para el ser humano. Ni siquiera le alcanza para hojear los libros espirituales de una biblioteca como la de Alejandría y aunque sea solo una vez en su vida.
El Señor responde:
Para el espíritu existe sólo una Verdad exclusiva, y esa es: Conocer al Único y Verdadero Dios, amarlo por sobre todas cosas y al prójimo como a uno mismo. Esto es mejor que todas las ciencias de la Tierra, y para este fin, la vida humana es suficientemente larga y buena para lograrlo.
Quien se inicie en esta Única Verdad a través del espíritu del Amor en su corazón y que proviene de Dios, en poco tiempo poseerá más sabiduría y conocimiento que todas las bibliotecas del mundo entero, lo que te puedo garantizar. Pero ahora no es momento para conducirte a esa esfera (debido a que un fariseo iba a interrumpir la conversación). Pero serás iniciado en todo mañana, especialmente en este tema. Y, cuando ya estés enteramente iniciado en esto, ¡ya no tendrás muchas cosas más que preguntar!
Dice el Señor:
«¿De qué le servirá al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma?»
Evangelio según Mateo 16:26
El Señor contesta a un romano que quería saber cómo construir barcos más rápidos sobre el mar:
«¿De qué le sirve al hombre si pudiera ganar todos los tesoros del mundo para sí mismo, pero sufriera, como consecuencia, el mayor daño en su alma?
¿Acaso aún no conocéis lo corto que dura la vida de toda carne en esta tierra y cuál es el final de la misma?
Ya sea que mueras como un emperador o como un mendigo, ¡todo es absolutamente lo mismo para el más allá!
Quien tenga mucho aquí, tendrá que prescindir o privarse de mucho en el más allá, pero quien aquí tenga poco o incluso nada, también tendrá poco o nada de lo cual privarse en el mundo de los espíritus; y alcanzará más pronto y con mayor facilidad los tesoros espirituales que poseen vida, que moran en el interior del alma y son los únicos verdaderos tesoros.
Es por eso que los antepasados de esta tierra eran personas tan felices porque satisfacían sus necesidades terrenales de la manera más sencilla posible. Pero así como las personas que vivían en los valles más profundos comenzaron a construir ciudades, también lo hizo su orgullo. Se ablandaron, se volvieron perezosos y pronto cayeron en todo tipo de vicios y, con ellos, en toda clase de miserias. ¿De qué les sirvió? Perdieron a Dios de los ojos de sus almas, y toda la fuerza vital interna del espíritu los abandonó, de modo que, como muchos de vosotros, ya no podían creer en ninguna vida después de la muerte del cuerpo.
¿No fue ese un intercambio terrible, el hecho de perder por completo lo espiritual a cambio de una mayor comodidad de la vida material?
Por eso aconsejo a cualquiera que sea sabio entre vosotros que busque de nuevo cambiar la vida material, aquella que es innecesariamente demasiado buena y cómoda, a favor de la vida espiritual pura y verdadera. Así le irá mejor ocupándose por obtener algo que es infinitamente más grande que cualquiera de los más maravillosos inventos, como por ejemplo el de poder navegar a través de todos los mares con seguridad y tan rápido como un pájaro. Fijaos: ¡Un día tendrá que morir de todos modos! ¡¿De qué servirán entonces sus grandes inventos para su alma?!
¡Quedaos con lo que tenéis! No le pongáis ningún valor a ello, y sobre todo buscad cómo podéis caminar cada vez más por la senda del espíritu, así habréis hecho el mayor y mejor invento para la gran navegación del mundo de lo terrenal hacia el mundo de lo espiritual.
Con el fin de obtener lo que definitivamente durará para siempre, poned en la mayor acción todas vuestras fuerzas y medios; ¡Preocupaos por lo terrenal por el cuerpo únicamente en la medida en que sea razonablemente necesario! Está bien que una persona coma y beba y proteja su cuerpo del frío y el calor extremo. Sin embargo, quien hace más por el cuerpo que por el alma es un necio. Pero quien hace todo sólo por el cuerpo y nada para la bienaventuranza del alma (que está destinada a vivir para siempre) ya es un verdadero ciego y tonto.
Aquel que cree que pueda darle vida eterna a su cuerpo físico en contra de la voluntad de Dios (algo que es imposible), que se preocupe sólo por el bienestar de su cuerpo; Los otros que se preocupen por lo que durará y debe durar para siempre porque Dios lo ha ordenado así.
Si habéis entendido esto, no me preguntéis más cómo podríais mejorar algo más las cosas vanas y terrenales; porque solo vine a este mundo para mostraros los caminos a la vida eterna y para allanar el camino con firmeza para que puedas atravesarlos de manera segura y fácil.»
¿Quién puede amar a Dios si antes no lo ha llegado a conocer? ¡Así que el conocimiento precede necesariamente al Amor! Pero, ¿cómo puede el hombre conocer a Dios? Cuando el hombre escucha la palabra de Dios y mira sus obras, el pensamiento de Dios se evoca en el hombre. Una vez que se ha evocado el pensamiento, la persona ya no debe dejarlo ir, sino que también debe captarlo cada vez con más firmeza. Esta creciente y paulatina captación firme es la fe. Si ahora el hombre ha hecho de Dios mismo un sentimiento vivo mediante la fe firme, es decir, mediante la fijación cada vez mayor del pensamiento de Dios en sí mismo, entonces entra con los pies en el mundo de Dios que se encuentra dentro de sí mismo. En este mundo ve milagros tras milagros ... "
(El Sol Espiritual, tomo 2, capítulo 12, versículos 16 y 17)
A continuación resumimos los consejos que el Señor dio hace unos dos milenios:
Puedes pensar lo que quieras pero no vivifiques pensamiento o idea alguna antes de haberlos examinado profundamente en el trono del juicio de tu intelecto y razonamiento.
El examen es un examen de luz y fuego, de sabiduría y amor. La examinación de pensamientos tiene que ser aprendida a temprana edad. Se trata de poner orden en ellos, de desechar lo malo y falso y retener lo bueno y verdadero.
Un pensamiento es malo y falso cuando no contiene amor al prójimo.
¿Cómo se genera un pensamiento vivificado?
Cuando el corazón tiene complacencia de un pensamiento malo, éste se unifica con la voluntad del corazón y así es vivificado.
Un pensamiento malo que ha sido vivificado entra en acción cuando existan circunstancias favorables para su ejecución y una ausencia de peligros exteriores.
Por eso es muy importante ejercitarse en la sabia supervisión de los pensamientos.
Para esto hay que ayudarse de la luz purificada del intelecto y del razonamiento puro.
Dios dio a Moisés un mandamiento con el fin de que cada persona se ejercita en esta supervisión.
Este mandamiento dice así: "No permitas tener deseos carnales o sensuales por esto o aquello". También significa que no es aconsejble permitir pensamientos de lujuria. La Iglesia Católica traduce el noveno mandamiento de la siguiente manera: "No consentirás pensamientos ni deseos impuros". Otras traducciones de este mandamiento dice así: "No codiciarás. No codiciarás los bienes ajenos ni a la mujer de tu prójimo".
El noveno mandamiento dado por Dios a Moisés es pues una herramienta para purificar el alma.
El valor de una persona se mide en la maestría con el cuál ella ordena sus pensamientos.
Quien no sea un maestro de sí y sobre sí, está lejos del Reino de los Cielos, porque aún es esclavo del pecado.
El pecado nace de los pensamientos desordenados y de los apasionamientos que resultan de ellos.
El pecado contamina al hombre.
El pensamiento es la semilla de la acción. Así como es la semilla, así será el fruto. Si el pensamiento es malo el fruto es igual.
La consecuencia de un fruto malo es una vida penosa, dolorosa o destructiva.
La solución a este problema consiste en ahogar seriamente el pensamiento que ha sido vivificado.
No es fácil ahogar un pensamiento ya vivificado.
Para ser un señor sobre las acciones y pasiones hay que ser primero un señor y maestro sobre los pensamientos.
Dijo el Señor a un hospedero griego:
"Escucha, si bien eres un gentil, sin embargo no has creído en tus muchos dioses. Por eso te has familiarizado con nuestra enseñanza (de los judíos). ¡Esto es algo que hiciste muy bien por tu parte! Pero Yo lo digo: tan solo cree firmemente en el único Dios verdadero de los judíos, incluso ámalo por encima de todo. Pero también ama a tus semejantes como a ti mismo, hazle a ellos lo mismo que sensatamente quieres que hagan contigo. De esta manera Me retribuyes lo suficiente por todo lo que te he hecho hasta ahora; ¡pero una recompensa material de tu parte realmente no la necesito!"
Dice el Señor:
La experiencia siempre ha demostrado en todos los períodos de la Tierra que, especialmente bajo gobernantes duros y tiránicamente malos, la gente en general siempre se volvió mejor, más dócil y manejable, que bajo gobernantes buenos y gentiles. ¡Por lo tanto, la Divinidad generalmente permite que se establezcan malos gobernantes sobre los pueblos, de modo que los pueblos, si se vuelven malos, deben tener sus gobernantes como un látigo y, por lo tanto, se ven obligados a ponerse un traje adecuado de penitencia y mejorarse a sí mismos, con lo cual la Divinidad inevitablemente volverá a dar mejores gobernantes a los pueblos, como siempre les ha dado!
Dice el Señor:
La Divinidad cuida de los hombres de esta Tierra con tal extraordinario celo como si no hubiera, en todo el infinito completo, ningunos otros seres que necesitasen de Dios. ¡La Divinidad conduce a los hombres de la Tierra en todas las circunstancias de su vida de prueba de manera tal que casi todos logran alcanzar el elevado destino para el que Dios los llamó y creó exclusivamente, a pesar de todas las dificultades que se surgen en el camino!
Dice el Señor:
Cada vez que el alma de un niño pide alimento material para su cuerpo y lo consigue, recibe también junto con él una legión de espíritus algo más libres pero todavía malvados e impuros que le tienen que ayudar en el desarrollo y crecimiento de su cuerpo.
Pero poco a poco estos espíritus se asocian entre sí y en seguida forman almas independientes e inteligentes de su propia índole. Una vez llegados a este grado, los espíritus se desentienden del alma, que la legítima propietaria del cuerpo, y empiezan a adaptar al cuerpo de la forma que les parece más adecuada para su propio bienestar.
Con el tiempo ellos consiguen un grado elevado de bienestar según como se imaginan ellos. Esto sucede fácilmente en caso que el alma del niño sienta una gran glotonería hacia su cuerpo joven.
Para evitar que el niño se vuelva endemoniado, hay que hacerle expulsar todas las impurezas mediante una enfermedad adecuada.
O, para no atormentar demasiado a su alma débil, se consiente por un tiempo que el alma siga adelante en su cuerpo, medio extraño para ella, aunque sea miserablemente, para que después cada cual, por enseñanzas del mundo exterior y del mundo espiritual interior, procure elevarla a un nivel de comprensión tal que ella, por voluntad propia, empiece al fin a expulsar a los parásitos mediante ayunos y otras privaciones.
En el caso extremo en donde los parásitos son demasiado persistentes puede ser preciso incluso quitarles a las almas el cuerpo entero y formarlas en otro mundo hasta que valgan para la Vida eterna.
En la obra el Sol Espiritual se nos revela que María, la madre del hombre Jesús, es la directora de las escuelas que educan a los niños que fallecieron en la Tierra.
En el tomo 2, capítulo 72, versículo 19 dice:
"Algunos de estos alumnos, que conocen mucho del Señor, tienen el deseo de ver al Señor. Sin embargo, este deseo sólo se cumple raras veces y por la razón de que como espíritus todavía son demasiado débiles para permanecer constantes en relación con el Espíritu eterno y todopoderoso de Dios y para soportar tal cercanía. Sin embargo, su mayor regocijo de amor consiste en tener el permiso de visitar a María como su madre y la máxima directora espiritual. María va a menudo a todos estos grandes establecimientos educativos; pero no siempre es visible para los pequeños espíritus, aunque sí para los maestros."
En el siguiente vídeo, Patricia Sandoval cuenta su testimonio de que Jesús le dijo que su mamá, la virgen María, es la que cuida de sus tres hijos que fueron abortados por ella.
Dice el Señor:
"Quien evita el mal a causa de sus malas consecuencias y hace el bien sólo por las buenas, todavía está muy lejos del Reino de Dios. Sólo es perfecto quien hace el bien porque es bueno y evita el mal a causa del mal mismo. Porque si el hombre no se afana en ascender a la Luz verdadera por sus propios esfuerzos, seguirá siendo esclavo en espíritu y será excluido del Reino de Dios".
Porque ellos sirven como abono para la siguiente cosecha. El abono da al suelo de cultivo una consistencia más propicia. Un suelo demasiado fértil y suave no es muy adecuado para obtener una cosecha fuerte y noble.
Esta Tierra fue destinada a que se críen y eduquen los hijos en el Espíritu de Dios para toda la eternidad. Por tal motivo es necesario que su suelo espiritual sea más bien duro y árido en vez de demasiado fértil y rico.
La mala hierba que crece junto a los cereales nobles no estorbará el crecimiento de los buenos frutos, porque más tarde servirá para abonar el suelo que en algunos sitios se volvió excesivamente duro y pobre.
En resumen: Lo que Dios permite es bueno y verdaderamente puro y todo lo que la Tierra lleva también se convertirá en puro finalmente.
La noche espiritual la permite Dios para que el hombre conozca el valor de la luz espiritual. Durante el día nadie necesita una lámpara. Pero cuando llega la noche, la falta de luz se hace notar y se enciende una para que un pequeño resplandor alivie la oscuridad desagradable de la habitación.
Un ejemplo es cuando un hombre que conoce la palabra de Dios, observa las terribles atrocidades que comenten los siervos de Dios y se pregunta:
"¿Qué significa esto? Estas atrocidades no puede ser Voluntad de Dios que los divulgadores de su Palabra, de su Voluntad amorosa, de su Gracia, de su Bondad y de su Paz se hayan convertido en diablos codiciosos, dominantes, egoístas, descarados y faltos de amor hacia sus semejantes".
Preguntas como estas son muy buenas, porque constituyen los primeros impulsos que llevan la humanidad a una verdadera actividad por su propia cuenta. Sin estos impulsos propios, la humanidad no podría alcanzar la verdadera libertad espiritual ni siendo obligada con buenas intenciones y mucho menos aún siendo coaccionada. Sin embargo la libertad espiritual es imprescindible para que el alma y su espíritu puedan alcanzar la Vida eterna.
Simón Pedro criticó el plan anunciado por el Señor en el que Él sería matado a manos de fariseos. Dijo que si esto sucediera realmente no podría calificarse para nada de sabio. El Señor multiplicó 7 peces delante de Pedro para mostrarle que Dios puede hacer cosas que el hombre no puede. Además le dijo a Pedro con un rostro serio:
"Pedro, en lo sucesivo, no parlotees cosas inútiles, porque es mejor callar que hablar mucho y sin sustancia. ¡Entiéndelo, de lo contrario no serás mejor que un ciego fariseo!"
Pedro sintió dolor en su corazón y dejó al Señor para reflexionar. El apóstol Juan se le acerca y le dice lo siguiente:
"Pedro, A veces tienes momentos en los que te invade un ligero sentimiento de autosuficiencia, algo parecido a la soberbia. Y esto es probablemente lo que el Señor quiere sacar fuera de ti mediante una u otra humillación."
Pedro aceptó de buena gana el comentario de Juan, pero se preguntó por la razón que Jesús no nos advierte sobre estos asuntos para evitar actuar tan fácilmente fuera de Su Voluntad.
Juan opina lo siguiente:
"De hecho Dios podría hacer eso, pero creo que Él quiere que primero cada uno se encuentre y se conozca a sí mismo antes que Dios ponga su mano vivificante en él. Recién después el Señor y Su Luz podrá tomar morada en su corazón.
Por eso el Señor no nos revela los errores de vida en forma directa, sino indirectamente a través de ciertos escarmientos que obligan al alma a observarse a sí misma, reconocer sus errores en Su Luz, eliminarlos y, de esa manera, entrar al orden del Señor por completo."
El primero está contento con todo lo que ha obtenido de la tierra con el sudor de su frente y la Bendición de Dios. Disfruta contento y satisfecho el escaso rendimiento de su trabajo, y su mayor alegría es poder compartir con sus semejantes más pobres las provisiones tan penosamente obtenidas. Cuando llega alguien con hambre, le alegra poder saciarle y nunca pregunta irritado el motivo de su pobreza. Tampoco le prohibe que vuelva si alguna vez tiene otra vez hambre.
No se deja importunar por las instituciones estatales y, como Job, dice cuando le exigen pagar algún impuesto: “Señor, Tú me lo has dado; todo es Tuyo. Puedes volver a tomarlo, hágase sólo tu santa Voluntad”.
Pues bien, a este hombre nada le puede sacar de su alegría; nada estorbará su amor y confianza en Dios ni tampoco su amor al prójimo. Ira, envidia, disputas, odio o soberbia son palabras desconocidas para él.
Por el contrario su hermano es el hombre más desgraciado del mundo. No cree en Dios alguno y dice:
“Dios es una palabra vacía que sirve a los hombres para designar a un hipotético personaje terrestre adornado con todas las cualidades en grado supremo. Sólo un imbécil puede ser feliz en la pobreza, como lo son los animales, sin capacidad de razonar ni entender, cuando reciben el mínimo que necesita su grosero instinto. Pero el hombre, muy por encima del animal, no tiene por qué contentarse con la bazofia ordinaria ni escarbar la tierra con sus manos, como los animales o los esclavos, porque está destinado a algo mejor. Hay por el contrario que empuñar la espada y levantarse como poderoso capitán que triunfa y conquista las grandes ciudades del mundo. La tierra ha de temblar bajo las pisadas del caballo suntuosamente adornado con oro y piedras preciosa, que cabalga el general de los poderosos ejércitos”.
El hombre que piensa así maldice en su corazón la precariedad su existencia y cavila cómo podría conseguir grandes tesoros y riquezas para poner en práctica sus ideas y satisfacer sus ansias de poder.
Desprecia a su hermano feliz y aborrece a todo el que es más pobre todavía. Piensa que la misericordia es una ridícula cualidad de esclavos cobardes y de quienes viven en sociedad. Opina que el hombre debe ser generoso, pero lo menos posible. Cuando se le acerca un pobre lo aborda con múltiples improperios, por ejemplo:
“¡Apártate de mí con tus harapos, bestia perezosa, monstruo tragón! ¡Trabaja, animal, si quieres comer! ¡Vete con mi fracasado hermano que nada tiene que ver con mi elevado espíritu! Trabaja como burro de carga para sus semejantes y es misericordioso como un necio adicto a la sociedad. Soy generoso y por esta vez te perdono la vulgar vida de gusano que llevas”.
Alguien puede pensar y decir:
“Entonces hay que dejar que el déspota suba a un trono: seguramente será capaz de proteger al pueblo y abatir a los enemigos”.
Sí, cierto, podría ser. Pero ¿dónde está la medida que le señale hasta dónde puede llevar sus planes dominantes?
¿Qué hará con los hombres que no quieran someterse de ninguna manera a su poder?
Los martirizará de manera cruelísima pues para él una vida humana no vale más que una hierba pisoteada. ¿Qué es un hombre así? ¡Un perfecto Satanás!
Es cierto, también hacen falta en la Tierra soberanos y generales. Mas hay que entender que ellos tienen que ser elegidos y designados por Dios y descendientes de reyes ungidos.
Pero, ¡ay de aquel que abandona precipitadamente su casa para conseguir por todos los medios el cetro del poder! Verdaderamente, ¡sería mejor para él no haber nacido!
El Señor nos revela cómo es engendrado el alma humana y la enseñanza que nos da el trigo.
El trigo tiene que podrirse cuando se pone en la tierra. De la descomposición surge un germen delicado.
Este proceso es una buena imagen del alma que existe antes de encarnar y que mora en el aire, en especial en las regiones de los picos helados de las montañas.
Una vez que el alma se consolida en el aire lo suficiente, empieza a descender hacia las zonas inferiores dirigiéndose a las moradas de los hombres. El alma obtiene un cierto alimento proveniente de una envoltura etérica de vida exterior (aura).
Cuando un hombre y una mujer se sienten atraídos para copular impulsados por la fuerza de la naturaleza, el alma consolidada recibe una noticia y es atraída por el aura de la pareja. Cuando el alma está cerca, entonces es empujada en la corriente del semen del hombre y es puesta en el óvulo de la mujer, proceso llamado fecundación.
Es similar a cuando se pone una semilla de trigo en la tierra.
Las etapas de desarrollo del alma son las mismas que realiza la semilla puesta dentro de la tierra hasta que surja el tallo del trigo por encima del suelo.
Aquí suceden diferentes etapas. Primero se construye la parte exterior y después la interior.
En la planta, las raíces permanecen en la tierra, allí en donde la semilla se ha descompuesto y podrido. Estas raíces absorben el alimento material. Un alimento que mataría a la planta si es que no hubiera la influencia de la luz solar.
La parte inferior del tallo contiene aun muchos jugos materiales. Cuando esta parte se ha consolidado entonces se crea un anillo que cierra este tallo. El anillo tiene la función de filtrar los jugos que ascienden a través de pequeños tubos por los cuales pasa el jugo nutritivo.
A continuación se construye un segundo nivel superior del tallo. Pero como los jugos nutrientes también aun son de tipo material, se vuelve a construir un segundo anillo con tubos aun más finos a través de los cuales solo pasarán los jugos más refinados. Este jugo sirve para la alimentación del espíritu que flota sobre el trigo. Algo similar como lo escribió Moisés: "... y el Espíritu de Dios flotaba sobre las aguas... " gen 1:2).
Con el tiempo, estos jugos o aguas podrían ahogar la vida por ser aun demasiado materiales, por eso se construye un tercer anillo con tubitos más finos aun. A través de estos finísimos conductos solo podrán pasar jugos bastante más etéricos, de naturaleza similar al espíritu que flota sobre el trigo.
Sólo el espíritu de vida sabrá si estos jugos le sirven para su autoedificación o no. Si éste encuentra que aún contienen partículas del juicio y de la muerte, entonces se construirá un cuarto, quinto, sexto y también un séptimo anillo, hasta que los jugos estén tan etéricos y puros que ya no se encuentren ninguna partícula de la muerte.
Una vez llegado hasta aquí, empieza una nueva fase en la que los jugos ya puros se convierten en capullos y flores, que luego son provistos de órganos, todos los cuales son capaces de permitir que la vida superior desde los cielos sea engendrada.
Una vez que las flores hayan cumplido con su servicio son desechadas. ¿En qué consiste este servicio? Atraer al éter de vida del amor a través de su belleza y atractivo. La vida, en sí misma, no necesita de ninguna pompa exterior ya que lo es todo. Por eso la pompa exterior de la flor se vuelve innecesaria y cae.
Una flor es como una novia bien adornada que busca atraer a su ámbito al novio. Por eso ella se atavía bien. Una vez que el novio se ha unido a la novia, toda pompa que la adorna desaparece y es allí en donde empieza la seriedad de vida humilde.
Recién aquí el verdadero fruto de vida es cuando se concentra y empieza a formarse. Toda actividad se usa únicamente para la madurez del fruto. De esta manera la vida se construye un castillo protector contra todo tipo de posible enemigo exterior. Vida que luchó a través de muchos peligros.
Si esta vida empieza a construirse y madurar demasiado rápido, no conseguirá la suficiente solidez. Entonces es muy posible que algún enemigo exterior se acerque y comience a unirse a ella y coloque su fruto dentro del fruto de la planta y así la malogra y la destruye.
Esto se puede ver en los frutos que contienen gusanos.
Si la humanidad en general viviera con sabia sobriedad, la tierra nunca tendrá que experimentar carestía alguna. Y es que el Señor ha dispuesto que el campo fértil del planeta esté organizado de tal manera que con el cultivo y la distribución adecuados del suelo, doce mil millones de personas podrían encontrar holgadamente su sustento. En la actualidad (1843), sin embargo, apenas hay más de mil millones de personas en la tierra, y entre ellos hay setecientos millones que sufren carestía.
Cualquier hombre moderado puede determinar esto con gran precisión. Supongamos que una persona que come moderadamente necesita un kilo a medio de comida al día, lo que se calcula fácilmente en trescientos sesenta y cinco días. Esta es una necesidad natural de una persona. Se le permite recolectar esta cantidad por sí mismo cada año. Si tiene esposa e hijos, puede juntar la misma cantidad para cada persona, y él ha actuado completamente de acuerdo con sus derechos naturales. Un comensal de mayor necesidad, uno que tiene que hacer un trabajo particularmente pesado, puede recolectar libremente el doble de esa cantidad.
En el orden del Señor está establecido que el habla de una persona es producto de todo lo que se esconde en lo más profundo de su vida. Y cuando una persona habla, hasta cierto punto se ve obligada a hacerlo por el estímulo interior que surge de todo lo correspondiente, que se esconde en lo más profundo de su vida.
Le pidieron al Señor:
"¡Señor, queremos que nos llenes de Tu Gracia y de Tu Luz así como llenaste las vasijas con vino celestial".
Respondió el Señor:
"Esto no lo puedo ni debo hacerlo con los hombres como lo hago con las vasijas de vino vacías porque esto depende únicamente de vuestro celo; es decir, del cuidado, esmero e interés que pongáis en vuestro actuar para que os llene de Luz y Gracia divina. Pero también depende de vuestro libre albedrío, es decir, de la potestad de actuar u obrar por autoreflexión y elección propia.
Sin embargo, tenéis garantizada Mi Ayuda que estará a vuestro servicio. Pero tenéis que hacer y actuar vosotros mismos para lograr este objetivo, de acuerdo a la capacidad de vuestra propia fuerza. Todo lo que se necesite más allá de vuestra capacidad será asunto Mío.
En verdad os digo: cualquier cosa que pidáis al Padre en Mi Nombre y que esté en concordancia a Mi Orden divino, conocido por vosotros, se os será dado en la medida de la utilidad para vuestra alma".
Preguntó el rey Lamech:
¡Oh Señor, la vida sobre la tierra con el fin de probar el espíritu está muy de acuerdo a la noble meta que busca. Pero, ¿por qué tiene que estar unida a la capacidad del terrible dolor?
Responde el Señor:
Dime desde tu fuero interior, ¿sería posible vida alguna que no sea receptiva o sensible a las impresiones de todo tipo? Sin ninguna sensibilidad, ¿vivirías pues? Pongamos el caso que alguien sienta todas las impresiones solo y únicamente con una sensibilidad agradable, como la que se siente en el acto de la procreación. Si fuera así, ¿no se destruiría el hombre en poco tiempo? ¿No se golpearía, pegaría, cortaría y se quemaría? y ni bien pase un año, ¿no le quedaría ningún miembro más? Sin la sensibilidad, sea esta agradable o dolorosa, ¿no sería sólo la muerte absoluta? El dolor es pues el mayor benefactor, protector y guardián más fiel posible. Sin él la vida sería impensable como algo sostenible y no habría otra alternativa.
Además se te ha dado de por sí un cuerpo libre de dolor. Cuerpo que lo llevarás completamente sin dolor si lo mantienes de acuerdo a Mi Orden y si eres cuidadoso en el reposo, el sentarse, el pararse, el caminar y correr. De este modo vivirás toda tu vida completamente libre de dolor y, si eres moderado con la comida y la bebida, las molestias internas se mantendrán lejos de ti.
Y si no te dejas dominar demasiado por las acciones de la carne, nunca experimentarás ningún dolor en tus miembros. El dolor es, por tanto, el verdadero atributo de la vida. Sin este atributo no tendrías sentidos.
Él es, en realidad, la sensibilidad y percepción del Amor. Si el Amor sale de Mi Orden, entonces el Amor los percibe en forma de dolor, pero si está dentro de Mi Orden, entonces lo sentirá siempre como una sensación sumamente agradable.
Por eso jamás desees alejar el dolor de ti porque es el guardián de tu vida, el más fiel posible y, algún día, también será el concentrador y recolector completo que salvará la vida de tu espíritu.
Los dormilones nunca vivirán hasta una edad particularmente avanzada. Aquellos que hace dormir su cuerpo físico cinco horas durante la adolescencia y seis horas en la vejez en su mayoría vivirán hasta una vejez madura y seguirán siendo jóvenes durante mucho tiempo, mientras que un dormilón envejecerá pronto, andará una cara arrugada y cabello gris y una edad más avanzada precoz como una sombra.
Habían unos sacerdotes judíos que habían llevado una vida bastante malvada. Después de conocer al Señor, Le pidieron que les ayudara a cambiar. Jesús les dio el siguiente evangelio:
Acusad a vosotros mismos con vuestra voz de la conciencia.
Arrepentíos verdaderamente.
Tomad la firme decisión de convertiros en un hombre completamente diferente.
Entrad en acción con el fin de lograr la conversión.
Amad verdaderamente a Dios por sobre todo.
Amad al prójimo que es pobre como a vosotros mismos.
De esta manera vuestros muchos pecados serán perdonados.
Si un hombre no abandona por completo el pecado, sus pecados no pueden ser perdonados.
El pecado es una obra y propiedad exclusiva del hombre, porque éste proviene de su carne y de la voluntad de su alma.
La buenas obras de acuerdo a la Voluntad y la Palabra de Dios son y permanecen una Gracia de arriba, incluso cuando el hombre las hace por libre voluntad.
Esta Gracia es el mérito del Espíritu de Dios en el corazón del hombre.
El hombre toma parte de este mérito justamente a través de la Gracia de Dios.
Las malas obras que habéis realizado pero que fueron incitadas por el diablo, quedan en el registro de él.
Pero sabed que muchos hombres se han vuelto peor que el diablo.
Hay que saber que muchas tentaciones de parte del diablo no han sido tan determinantes como creéis.
El verdadero diablo es el mismo hombre junto a sus apetitos mundanos.
De estos apetitos proviene el amor egoísta a sí mismo. Este último es un diablo.
Otro diablo es la adicción a la vida regalada.
La adicción a la fama, la soberbia, el afán de dominarlo todo, la ira, la venganza, la envidia, la avaricia, la altivez, el adulterio y el desprecio de su prójimo son puros diablos que han surgido del suelo propio.
Por eso no seáis tan temerosos del diablo y no le acuséis, sino a vosotros mismos haced acusación.
¡Nada puede oponerse a Mi Voluntad! Si bien, en lo particular, Yo dejo que los hombres conserven su libre albedrío; ¡pero en lo general, Yo soy el Señor y no tomo en consideración a los poderosos de esta tierra! El tiempo de la luz ya está aquí y ya no puede ser detenido por ningún poder humano terrenal.
¿Puede la noche gobernar en la Tierra cuando el sol ya está muy por encima del horizonte? ¡Esto es lo que está pasando ahora en la Tierra! La luz (de la ciencia) se ha vuelto demasiado poderosa, y aquellos religiosos que eran adoradores de la oscuridad, porque amaban gozar de sus tronos y su indescriptible bienestar, están comenzando a ver su gran impotencia en el invencible poder de esta luz y ahora, si quieren subsistir, deben poner una buena cara a las luces que antes odiaban tanto; y si quieren regresar a la vieja oscuridad sin ser notados, la gente lo reconocerá y se negará a obedecerlos y pronto los conducirá a una gran vergüenza y, como muestran muchos ejemplos, también a sus gobernantes.
Es posible que pasemos por tribulaciones. Si es así es porque el Señor lo permite y porque es parte del proceso de salvación. Sabiendo eso, las tribulaciones serán vistas de otro modo y tendremos alegría porque nuestra liberación está cerca. Solo hay que prestar atención a los pasos descritos a continuación que tenemos que realizar obligatoriamente:
El espíritu del hombre va despertando poco a poco en su vida. Pero si a través de una mala alimentación espiritual, el espíritu vuelve a dormir, entonces el hombre cae en una desgracia y no se entera de ello.
Dice el Señor:
Y si esto ha sucedido en el hombre, él se volverá por lo tanto otra vez muy materialista y extremadamente sensual; y estará también perdido, porque no sabe que eso ha ocurrido dentro de él, ya que las entidades parásitas enquistadas en el alma del hombre sobornan sus sentidos, al principio muy lentamente en forma agradable, para aprisionarlo con esta artimaña, poco a poco y por completo, de tal manera que no sepa, no escuche, no vea, no guste y no huela nada de lo que proviene del espíritu.
Esto es entonces una tribulación, la cual nunca la hubo desde el principio hasta el punto presente — y la cual no será más en caso que el hombre tome pues refugio en Dios, exteriormente mediante la oración, a decir, Mi Oración, a través del ayuno y de la lectura de la palabra de la Biblia y, así, consiga un gran anhelo de ser liberado de la gran tribulación.
Y si el hombre ha tomado esto en serio, porque ha visto la gran cantidad de las dudas tenebrosas dentro de sí, entonces Yo empiezo a actuar exteriormente, como el vencedor de la muerte y de todo infierno, a través de las obras de la redención y le entrego al hombre, de acuerdo a Mi Sabiduría, "cruz y sufrimiento", que provienen de Mi Misericordia.
A través de esto, el mundo y sus alegrías se volverán tan amargas para el hombre que sentirá una gran repugnancia del mundo y empezará a querer liberarse de la vida llena de sufrimientos.
Y mirad, ya que las entidades parásitas no recibirán más alimentos en el alma, desde el mundo exterior lleno de pecados, entonces ellos se debilitarán y se secarán casi por completo en los órganos del alma y a través de esto pasarán completamente a un estado inconsciente de sí mismos.
«Quien no Me ama celosamente como tú, y quien no quiere poseerme exclusivamente en su corazón, no tiene el verdadero Amor vivo hacia Mí. Y si no tiene ese Amor, tampoco tendrá en sí la abundancia de la vida; porque Yo soy la Vida verdadera del hombre, producida en su alma por el Amor para conmigo, y este Amor es Mi Espíritu que se halla en cada hombre.
Quien, por ejemplo, despierta su amor hacia Mí, despierta también el Espíritu que Yo le he dado. Como este Espíritu soy y debo ser Yo mismo, porque fuera de Mí no hay otro Espíritu eternamente, él también tendrá la Vida eterna a través de Mí y jamás podrá morir ni ser destruido, ni siquiera por mi Omnipotencia, porque es uno conmigo. Pues tampoco Yo Me puedo destruir a Mí mismo porque Mi Ser infinito no puede transformarse en la nada. Por lo tanto, no pienses que tu amor hacia Mí sea una necedad, es precisamente tal como debe ser. Si permaneces en él no verás ni sentirás la muerte nunca, eternamente».
Estas palabras Mías hicieron tan feliz a Sara, que Me abrazó con todas sus fuerzas y empezó a acariciarme.
La madre de Sara le regañó diciendo: «Pero Sara, esto no es decente, eres una niña traviesa».
Sara, defendiéndose, le contestó: «¿Qué dices? ¿Decente o indecente? Tampoco es decente morirse, pero cuando viene el Señor para resucitar al muerto sacándole de la tumba, lo que no es habitual, ¿es decente ante el mundo? Oh, madre, amar al Señor sobre todas las cosas del mundo debería ser lo más decente para cualquier ser humano. ¿No es eso así, mi Señor Jesús?, ¿estoy en lo cierto?».
«Es cierto y totalmente verdadero», respondió el Señor. «A quien en el mundo tenga reparo en amarme abiertamente sobre todas las cosas, también Yo tendré reparo en amarle ante todos los Cielos y en despertarle a la Vida eterna el día del juicio final».
El que tiene el Amor lo tiene todo; pero quien tiene el Amor motivado solo por la Sabiduría, la Ciencia y la Fuerza, que también obtenga lo que quiera; ¡Pero que no tenga Mi Corazón como en el primer caso!
Tú, humanidad sobre la Tierra, escucha Mi Palabra y cree lo que te voy a decir: si te preocupa más ganar experiencia a traves de las cosas de este mundo que ganar Mi Amor de Padre, sucederá fácilmente que dominarás la pobreza con tu poderosa sabiduría; ¡pero recuerda, entonces tú también serás subyugado por Mí, y Yo no cuidaré de ti ni te acariciaré!
El café es lo peor que el hombre ha llegado a elegir del mundo vegetal. Este producto (fruto) ha sido creado en la Tierra tan sólo para animales como caballos, asnos, camellos y animales por el estilo. El café anima a éstos, haciendo que se fortalezcan sus nervios. En las personas, en cambio, que lo saborean, el café tiene exactamente el efecto inverso. En ellas, éste estropea la sangre de manera increíble, excita los genitales y si no se produce inmediatamente una satisfacción, entonces se atrofian las partes sensitivas del cuerpo humano. Ya que esto recarga al alma, es decir: el alma gasta mucha energía en eliminar estas potencias del cuerpo, potencias que fueron creadas para los animales, entonces el alma se cansa, se vuelve pesada, dejada, a veces oscura, malhumorada y triste. Yo os digo: el beber en una taza los excrementos de animales endulzados con azúcar sería mucho más sano que la sopa caliente de color marrón de este rudo alimento animal.
Tan solo os he mostrado la nocividad del café porque veo muy claro y sé de qué manera la humanidad —sobretodo la femenina— depende de este alimento para asnos; pero para la naturaleza del cuerpo, sin embargo, ¡no hay nada tan nocivo como el saborear esta bebida! Y nada hace que el cuerpo se vuelva tan poco receptivo para una medicina curativa como el café, afectando éste sobre todo al cuerpo de la mujer. Por lo tanto, durante el padecimiento de una u otra enfermedad —y sobre todo durante el tratamiento homeopático solar— ha de ser evitado, pues sino la medicina no llega a actuar en absoluto.
Si alguien hubiera tomado veneno, siendo ya un bebedor de café exuberante, y volviera a tomar una fuerte dosis de café después del veneno, entonces, con esto, podría incluso eliminar el efecto nocivo del veneno.
Si el café es capaz de tener un efecto tan fuerte como el veneno (tratándose de un veneno no demasiado intensivo), entonces con facilidad podría destruir el efecto suave y fino de los mencionados medicamentos homeopáticos provenientes de la luz solar.
Por lo tanto uno ha de evitar tal alimento que aún puede llegar a obstaculizar, más que el opio, el efecto de medicamentos nobles y puros.
El Señor:
"¡Tú no deberías matar!" significa: Tú no deberías envidiar a nadie, no deberías mirar al que está feliz con ojos envidiosos o celosos y no deberías estar enojado con tus semejantes; ¡porque del enojo surge el odio, y del odio surge la venganza malvada que lo destruye todo!
Está escrito: "Mía es la ira, y Mía es la Venganza, dice el Señor."
Pero vosotros, los hombres, deberíais respetaros mutuamente con todo amor, y que cada uno sirva al otro con buenas acciones; porque todos vosotros Me tenéis a Mí como un Padre y por lo tanto sois iguales a Mí!
¡No debéis hacer enojaros, ni difamaros o maldeciros entre vosotros, y que nadie mancille el honor del otro a través de calumnias malvadas, porque quien lo hace, mata el alma de su prójimo!
Lo primero que Muthael hizo fue ir a un lugar en donde se encontraría solo, sin que nadie pudiera verlo. Tomó la firme decisión de quedarse allí hasta que el Señor le respondiera, y que no comería ni bebería nada hasta que haya escuchado la Palabra del Señor.
Muthael dijo: ¿de qué sirve una vida tonta y filósofa sin la unión con la Palabra poderosa del Señor. Es una vida tan tonta en la que incluso ante una situación seria y de emergencia vital no se sabe ni siquiera porqué y para qué uno vive realmente en esta Tierra.
Por eso ahora tengo que tener la Palabra del Señor, y no me importa si esto me cuesta la vida, que de cualquier forma no tiene mucho significado.
Pero, ¿cómo haré para que el Señor quiera escucharme y me dé su Palabra, así como me dio Su promesa de casarme con Purista?
Ya sé lo que haré: ¡voy a empezar a amarle fuertemente y quiero delirar de amor, entusiasmarme y apasionarme por Él, como lo hace un tonto ciegamente enamorado por su doncella con la que quiere casarse.
Pero, ¿qué hacer si, a pesar de esto, el Señor me ignorara o me dejara abandonado?
En este caso yo quiero rechazar al mundo entero, sí, incluso renunciar por completo a Su promesa.
Quiero darle la espalda a mi prometida Purista para siempre y estar para mí nomás; sólo quiero adherirme al Señor con todas mis fuerzas y ofrecerle sólo a Él, en silencio, mi honra y mi alabanza. Y a todo lo demás quiero considerarlo como si jamás hubiera existido por la eternidad.
Y, a todo esto, yo quiero decir y lo diré también con la completa y máxima firmeza y de la forma más viva posible dentro de mi alma:
"¡Señor, ahora estoy aquí por completo ante ti y he abandonado todo a causa de Ti. Entonces ahora también has pues conmigo lo que Tú quieras, y para mí todo estará bien!"
Dijo el profeta Henoc respecto a Muthael:
El Señor es más prudente que todos nosotros juntos, y es también más misericordioso. Él es el verdadero Maestro y Conductor de Muthael y le enseña y le conduce ahora mismo por el camino más corto, más seguro y el mejor que le conduce a la meta.
Muthael, por cuenta propia, ha tomado la firme determinación de abandonarlo todo, incluso su vida, a favor del Amor, Misericordia y Gracia del Señor.
En poco tiempo se evidenciará, incluso en forma exterior, la manera cómo el Señor suele tratar a aquellos que lo han sacrificado todo por Amor a Él. Dios los prueba a ellos de acuerdo a la fortaleza de su fuero interior (corazón) y según el valor de la promesa solemne que le hicieron a Dios. En caso que ellos pasen la prueba satisfactoriamente, entonces también, en un instante, todas las puertas de la vida estarán abiertas para ellos.
Dios se preocupa por los hombres de esta Tierra tan extraordinariamente, como si, en todo Su Infinito, no tuviera otros seres que necesitasen Su Cuidado, y los conduce durante todas las circunstancias de su vida de prueba de tal manera que casi todos, a pesar de todas las adversidades que se presentan en contra, alcanzarán obligatoriamente el elevado destino. ¡Este exclusivo destino es el único por el cual ellos han sido llamados y creados por Dios!
¡Este miedo residual lo produce el hecho que el mundo aun no ha sido expulsado por completo de tus entrañas!
Si este ya estuviera expulsado por completo, entonces ya no tendrías más miedo, y también sería imposibe que lo tuvieras porque tu espíritu sería lo suficientemente fuerte y poderoso para someter a toda la naturaleza y ponerla a tu servicio.
"Yo te revelo cosas inmensamente profundas con la finalidad que, a través de esto, seas humillado intensamente con todo corazón y atrapes a toda tu sabiduría y conocimientos y lo pongas a Mis Pies!
Porque mientras quieras vanagloriarte, aunque sea con la más mínima chispita de sabiduría propia, entonces no podrás acceder a Mi Sabiduría; y si Yo te la diera con imposición, entonces te destruiría y eliminaría, al igual que la sal de roca encendida destruye todo lo que le rodea.
Por eso, con anticipación, tienes que ser purificado etérica y completamente ante Mí a través de tu humillación, para que seas capaz de soportar Mi Luz dentro de ti.
Mi Templo vivo de Mi Sabiduría no puede ser construido dentro de ti hasta que no hayas limpiado por completo tu propia montaña de sabiduría dentro de ti.
Por eso, ¡alégrate cuando Mi Luz empiece a presionarte; pues estás cerca de entregarme todo lo tuyo y, a cambio, recibir Lo Mío dentro de ti!
Mira, este asunto espiritual se comporta exactamente igual como con los dientes que son en realidad el símbolo de la Sabiduría:
Los dientes de leche, que el niño los obtuvo con dolor, tienen que ser eliminados con algo de dolor en el momento que vengan los fuertes dientes permanentes; pues ellos fueron los precursores que abrieron el camino a los dientes permanentes.
De la misma manera también ¡toda tu sabiduría anterior tiene que ser eliminada de ti para que, recién así, puedas recibir Mi Sabiduría eterna y poderosa!"
Dice el Señor:
"La gran cantidad de sentimientos que posee el hombre en su interior es similar a la gran cantidad semillas procreadoras que posee su cuerpo físico.
El sentimiento, que se manifiesta como una poderosa tendencia o fuerte deseo en el corazón, también es una capacidad procreadora, pero solo en el ámbito espiritual.
Pero si el hombre se entrega a la lujuria y dispersa su semilla en los callejones y en las calles, decidme, ¿podrá él, como un hombre debilitado desde su fundamento, tener la capacidad de engendrar un fruto en la justa medida con una mujer con gran capacidad de concebir con su debilitada y aguada capacidad procreadora?
¡Pues no!, porque de los orujos (residuos de las uvas exprimidas y sin sustancias) no se obtiene más zumo espiritual."
"Que el hombre reúna y concentre su sentimiento en el corazón y lo dirija a Mí; cuando, con el tiempo, la concentración haya alcanzado la justa madurez, en cuanto a la fortaleza se refiere, entonces él encontrará, en Mí, la recompensa completa y totalmente satisfactoria, pues Yo soy el fundamento de todas las cosas y, por tanto, de todas las mujeres, por más bonitas que ellas sean. Entonces, el hombre con este sentimiento altamente fortalecido podrá amar a una mujer con toda la fuerza verdadera, y tampoco le inquietará nunca más la mujer de su prójimo.
Hay que saber que en este mundo todo lo que se encuentra en el interior del hombre es solo una disposición que tiene que ser edificada para una finalidad infinita, noble y eterna. Por eso que el hombre no haga uso de las fuerzas que percibe dentro de sí hasta que éstas hayan alcanzado la completa madurez.
De la misma manera como un fruto en la Tierra madura bajo la exposición de la luz del sol, igualmente las fuerzas espirituales del hombre maduran únicamente ante Mi Luz.
Por eso, cada hombre debe dirigir sus fuerzas a Mí para que se convierta en un hombre completamente maduro y poderoso dentro de Mi Orden. Quien no lo haga es el único culpable de su muerte espiritual."
Pero el enemigo de la vida ha decidido adornar a las mujeres del mundo con una carne excesivamente atractiva y, con esto, tentaros; pero es por eso que os digo esto de antemano, para que sepáis cómo comportaros en todo, en caso que algo de esto sucediera.
Así que si alguno de vosotros cayera en una emergencia lo necesita, que recurra a Mí y Yo lo ayudaré.
"Oh Señor, ¿puedes Tú ser ofendido por los hombres? Si vemos que cada transgresor contra Tu Orden divino obtiene automáticamente los frutos de su acción sin necesidad que Tú intervengas directamente y, por tanto, únicamente él se castiga a sí mismo".
"Sí, Yo puedo ser ofendido por vosotros. Al igual que un padre humano que ha construido una casa bien dispuesta para el bien de sus hijos, quienes, después de criticar severamente su disposición, empiezan a destruir el hogar hasta que no quede nada. Claro, el castigo viene por sí solo, pues ellos destruyeron el hogar que hubiera servido como base para su buen desarrollo, educación y crecimiento para poder vivir una vida digna en el mundo.
Si bien la destrucción no lo hicieron contra el padre, sin embargo el padre no queda insensible ante tal comportamiento de sus hijos.
Igualmente a Mí no Me es indiferente cómo se comporte un hijo Mío, porque siento dolor si Mis Hijos, por pura obstinación y desorden, empiezan a destruir mi Orden santo y eterno y ,junto a ello, Me olvidan por completo.
Por tanto Yo sí puedo ser ofendido, pero entonces ya os toca a vosotros tomar conciencia de esto y empezar a reconocer vuestra culpa y retornar a Mí. Yo, por su puesto soy mejor que todos vosotros porque Yo no rechazo a nadie sino que busco, con mucho esmero, llevar a cada hombre perdido por el buen camino para después recibirlo cuando quiera volver a Mí.
Pues así están las cosas, por eso permaneced todos en Mi Amor, así no haréis transgresiones en Mis Cosas que Yo he creado para vosotros!"
"No existe ningún pueblo en el mundo que estuviera completamente sin ninguna ley. Porque Dios siempre ha despertado y llamado a hombres sabios para cada uno de los pueblos de acuerdo a sus necesidades. Estos sabios les dieron leyes y también les dijeron y les mostraron que hay un Dios que creó todo y Quien también mantiene, dirige y gobierna todo.
Estos sabios también enseñaron a la gente que Dios recompensará, aquí y en el más allá, a quienes obedecen las leyes, pero que también los hombres que son contrarios a Dios serían disciplinados y severamente castigados aquí, y con toda seguridad, en el más allá, porque el alma del hombre después muerte del cuerpo vive en otro mundo de espíritus y será juzgado por lo que hacen."
En un diálogo con el Señor, un romano dice:
"Señor, Tú solo eres lo suficientemente poderoso y no necesitas ayuda de tus innumerables ángeles y mucho menos de nuestros ejércitos romanos; ¡para Ti es muy fácil atrapar al príncipe de las mentiras y de la oscuridad que trabaja en secreto contra Ti y confinarlo para siempre en algún lugar!
¿Qué hacemos nosotros, los humanos, con un criminal completamente incorregible? ¡Lo arrojamos a la llamada prisión eterna o le damos la muerte como un castigo justo de acuerdo con la ley! Porque es mucho mejor eliminar de la Tierra a un hombre que se ha convertido por completo en un demonio consumado para que no dañe a los otros hombres que son mejores personas. Señor y Maestro, ¡haz lo mismo con el príncipe de las mentiras y la vida oscura, y habrá paz y orden y verdad, amor y justicia en la Tierra!"
El Señor: "¡Puedes hablar bien y fácil de esta manera, porque todavía no entiendes y no ves en qué consiste el infierno y en qué consiste el príncipe de la mentira y de la oscuridad!
Tienes razón al decir que con seguridad Yo tengo el poder de destruir el infierno junto con su príncipe y todos sus demonios; Pero si Yo hiciera eso, ¡entonces ya no tendrías la Tierra bajo tus pies, ni el sol, o la luna y tampoco ninguna estrella más! Porque toda la creación material es un juicio constante bajo el Orden inmutable de Mi Voluntad y Mi Sabiduría. Esta debe ser y existir para que las almas de los hombres puedan conquistar para sí la libertad y la independencia total de la vida eterna e indestructible en el duro piso del juicio.
Si ahora Yo disolviera toda la creación material de acuerdo a tu consejo, entonces tendría que destruir, con ello, todos los cuerpos físicos de los hombres; cuerpo que es una herramienta necesaria para el alma, porque de acuerdo a Mi más alta Sabiduría y Conocimiento más profundo, solo con esta herramienta se puede conquistar y adquirir la vida eterna.
Puede suceder fácilmente, para la gran desgracia del alma, que ella se deje seducir por los atractivos de la carne. Atractivos que son necesarios para alcanzar la Vida Eterna. Si el alma cede a estos atractivos y se hunde en ellos, con todo su amor y sus pensamientos y deseos, entonces ha entrado en el juicio de su propio príncipe de la mentira y oscuridad. Salir de este estado es sumamente difícil.
El único poder y sabiduría, con el cual el hombre puede luchar contra los atractivos de la carne, es la Verdad que Jesús ha enseñado y el Poder de la mayor abnegación posible y de la verdadera humildad del corazón.
Quien quiera sólo aquello que reconoce como verdad y actúe según esa verdad, entonces ha vencido a todo el infierno y a sus principados. Todos los malos espíritus que moran en la materia no pueden hacerle el más mínimo daño. Así ellos quieran reunirse y tener el tamaño del gran hombre cósmico, no tendrán más poder que la paja ante el viento de una poderosa tormenta.
El hombre debe ejercitarse, desde su temprana infancia, en la abnegación de todo tipo de apasionamientos carnales para que ellos no se vuelvan los señores sobre su alma. Porque cuando ellos, los apasionamientos, han crecido por encima de la cabeza, entonces al hombre le va a ser muy difícil dar órdenes a las avideces y tentaciones de su carne porque su alma se ha vuelto débil y conformista.
Si el hombre ha sido conducido y se ha ejercitado desde la juventud en la Verdad del claro entendimiento y en el buen razonamiento con el fin de que se vuelva un señor sobre su carne y que no ceda ante lo que ella le exige según el Orden Divino, entonces a aquella alma todas las riquezas materiales y sus atractivos o tentaciones le serán indiferentes.
Un alma, que ha sido fortalecida por el espíritu, no solo es un señor sobre los apasionamientos de su cuerpo físico, sino también un señor sobre toda la naturaleza del mundo y así mismo un señor sobre todo el infierno y los principados de la mentira y de la oscuridad.
La sabiduría más elevada es llegar a ser sabios por el amor pleno de acción. ¡Por el contrario, el saber no sirve de nada sin amor! Por eso no debéis preocuparos por saber mucho, sino por amar mucho, y el amor os dará lo que ningún conocimiento puede daros.
Está bien aprovechar las horas para enriquecer vuestros conocimientos y vuestra experiencia de variadas maneras con tanto celo, aunque todo eso por sí solo no le aprovechará mucho a vuestra alma. Pero si dedicáis el tiempo a amar al prójimo con el mismo afán, un día será de gran provecho para vuestras almas.
Vuestro corazón es un campo de cultivo, el amor activo es la semilla viva, y los hermanos pobres representan el estiércol que sirve de abono para el campo.
Quien de vosotros siembre muchas semillas en su campo bien abonado, tendrá cosecha plena. Con cuantos más pobres abonéis el campo, más fértil será. Cuantas más buenas semillas sembréis en él, más ricas serán las cosechas. Quien siembre abundantemente cosechará en abundancia, pero quien siembre con parquedad poco recogerá.
Cada cual debe dejar de ser algo para sí mismo, para poder serlo todo en Mí. Pero antes, cada cual tendrá que atravesar conmigo la puerta estrecha de la más completa renuncia a sí mismo, hasta que se vuelva como Yo soy.
Amar a Dios sobre todas las cosas significa abrirse por completo y disolverse en su totalidad en Dios.
Amar al prójimo significa ser totalmente empático con él, es decir, identificarse por completo con la vida del prójimo, sin lo cual nunca podrá amarle completamente: un amor a medias no sirve ni al que ama, ni al que es amado.
Si desde una alta montaña quieres tener una buena vista en todas direcciones, siempre deberás subir a la cumbre más elevada porque desde una cima más baja buena parte del paisaje quedará inevitablemente oculta a tu vista. Lo mismo pasa con el amor: lo más extremo debe venir de lo más profundo de vosotros para que sus frutos se manifiesten.
El Señor: Cualquier cosa que hagáis, ¡hacedlo siempre en Mi Nombre; porque sin Mí no podéis hacer nada efectivo para la salvación de vuestras almas! Y al final, después de haber hecho todo lo que se os mandó y aconsejó hacer a favor de la vida eterna y verdadera, ¡decid y reconoced, tanto dentro de vosotros como ante el mundo, que fuisteis siervos inútiles y ociosos! Porque solo Dios es todo en el todo y sólo Él efectúa todo lo bueno en los hombres.
El Señor:
Un alma, que tiene el Cielo dentro de sí, a través de sus buenas obras de acuerdo a Mi Voluntad, puede percibir el Cielo dentro de sí incluso en el día más soleado y, de vez en cuando, en los sueños lúcidos en la noche. Porque por eso han sido dados al hombre las visiones en los sueños, para que a través de ellos el hombre durante su vida en la Tierra pueda permanecer en un contacto con el mundo de los espíritu, ya sean de las bajas o de las altas regiones. Esto dependiendo si han construido y, mejor dicho, creado, más o menos, el Cielo verdadero a través de sus buenas obras de acuerdo a la Voluntad de Dios.
Por eso, ¡caminad según Mis Mandamientos, y así pronto y fácil veréis dentro de vosotros la forma y esencia del Cielo!
Grabadlo bien en vuestro interior: El Reino de Dios no es una manifestación visible externa y ni tampoco llega a vosotros como un dibujo o forma externa, sino que está dentro de vosotros, en lo más interior y consiste en el Espíritu del Amor puro a Dios y hacia el prójimo y de la resultante verdad de la vida del alma; porque quien no tenga ni sienta amor, ni a Dios o al prójimo dentro de sí, aquél tampoco tiene vida dentro de sí y no tiene resurrección que es el Cielo en el hombre, y por tanto tampoco vida en él, sino solo tiene juicio y de esa forma con seguridad la muerte que es eterna respecto a la Vida única verdadera y perfecta en el Cielo.
Si meditáis un poco más profundamente sobre lo dicho anteriormente, entonces con seguridad ya no Me volveréis a decir: "¡Señor, muéstranos la puerta del Cielo y también un poco de lo que hay en él!", o "¡Muéstranos también algo del infierno para que seamos advertidos a través de esa visión y, así, nos alejemos más fácil del pecado!". Quien pregunte de esta manera, Yo tendría que decirle: necio; cada hombre tiene el Cielo o, en el peor caso, también el infierno dentro de sí y puede verlo todo dentro de sí.
Dice el Señor:
No miréis ni arriba ni abajo con vuestros ojos de la carne, si queréis desentrañar la verdadera forma y la esencia del Cielo, que es el Reino de Dios. Más bien dirigid vuestros ojos de vuestro corazón (fuero interior) que están dentro de vuestra conciencia de vida de Amor en lo más interior del ser, entonces así veréis el Cielo. Y lo veréis en todo lugar, en cualquier punto de Mi Creación que os queráis encontrar, sea aquí en esta Tierra o en cualquier otra esfera, siempre será lo mismo; y es que la forma del Cielo se manifestará según la forma de vuestro fundamento de vida que será constituido de acuerdo a Mis Palabras y a través de vuestras buenas obras. Recién a través de vuestro cielo podréis también entrar a Mi Cielo que es eterno e infinito.
Dice el Señor:
¡Yo soy la Puerta, el Camino y el Cielo Mismo! Quien Me oye, y cree en Mí y ama al Padre dentro de Mí, aquel anda a través de la Puerta correcta de toda vida y existencia por el camino luminoso hacia el Reino del Cielo que ha sido creado espiritualmente mediante Mi puro Amor en la forma más luminosa y viva proveniente de Mi Sabiduría.
Dice el Señor:
Cualquier cosa que pidáis al Padre en Mi Nombre, os será dado, porque sólo el Padre es bueno y no tiene ninguna complacencia en el sufrimiento de los hombres.
Pero Él tampoco impide que el sufrimiento venga sobre aquellos hombres que olvidan al Padre que, por puro sentido mundano, no tienen ninguna fe y que se entregan ellos mismos a cosas que les prepara y les trae todo tipo de tribulación. Continuad caminando por los senderos que ahora os he mostrado fielmente, entonces así habréis de sufrir poco y vuestra retirada de este mundo será algo fácil.
Mayormente sólo vienen al final amargos sufrimientos sobre aquellos que, motivados por todo tipo de asuntos mundanos, han enterrado su alma demasiado en su carne. Esto es así porque tal alma tiene que ser separada de su carne con mucha violencia con la finalidad que ella no muera por completo dentro de su carne. Este proceso de separación produce también dolor en el cuerpo físico. Pero incluso este proceso es bueno para el alma, porque ella será purificada de sus apetencias carnales a través de los dolores y sufrimientos y, con esto, el alma encontrará en el más allá un avance más fácil y más seguro en la trayectoria de la vida espiritual.
El alma es el órgano receptor que alberga todas las innumerables ideas de la fuente primaria. El alma surgió de un soplo desde la fuente primaria.
El alma es la portadora de las formas, de las relaciones y de los procedimientos. Todas estas ideas, formas, relaciones y procedimientos están puestos dentro del alma en envolturas pequeñísimas.
El alma humana es la aglomeración de todo ello en una justa medida y puesto dentro de un ser.
Si el alma es, pues, un compendio de incontable cantidad de partículas inteligentes, sustanciales y diversas, entonces ella también puede, ya que es algo aglomerado, ser separada en sus partes, al igual que el aire, que si bien forma un continuo, es capaz de ser dividido sin límites.
El espíritu no tiene forma, pero es aquello que crea las formas. Y, recién cuando la forma ha sido creada, el espíritu puede manifestarse en el mundo de las formas como otra forma más que interactúa con ellas.
Dicho de otra manera: Si una fuerza quiere manifestarse como tal, tiene que crearse una fuerza contraria, recién con ese punto de apoyo creado la fuerza puede expresarse exteriormente y mostrar una manifestación.
Por tanto el espíritu es igual a la luz que, si bien eternamente permanecerá siendo luz, no será visible o perceptible hasta que exista un objeto contrario al cual pueda iluminarlo.
"¿No sería mejor, más inteligente y más humano educar más médicos y preparar más medicamentos para las almas enfermas que para sus cuerpos físicos, que en poco tiempo se convertirán en alimento para los gusanos?
¡Que una enfermedad del alma fuertemente establecida es más difícil de curar que una del cuerpo, eso Yo lo sé muy bien; pero ninguna es completamente incurable! ¡Mientras que finalmente hay una enfermedad final para cada cuerpo, para cuya curación no ha crecido ninguna hierba en todo el mundo! ¡Y sin embargo, vosotros actuáis muy equivocados!
Para el cuerpo quebradizo, totalmente mortal, construís hospitales sobre hospitales, farmacias y baños, ungüentos y tiritas y bebidas curativas; ¡pero para el alma inmortal ni siquiera habéis construido un sanatorio!"
Ante la siguiente pregunta:
"Oh Señor, ¿qué podemos hacer nosotros, pecadores, paras subsistir ante Ti?"
El Señor contesta:
"Nada más que escuchar Mis Enseñanzas, guardarlas y vivir de acuerdo a ellas, amar a Dios sobre todo y a tu prójimo como a ti mismo, y así has despertado a los siete espíritus de Dios dentro de ti y, a través de esto, tienes Vida Eterna como lo expliqué anteriormente. — ¿Estás satisfecho con esto?"
No puedes amar a Dios como Dios, sino solo a Dios en su manifestación de Hombre, porque ningún ser vivo limitado puede soportar al Dios infinito, o al Fuego infinito del Amor divino, como tampoco ningún espíritu creado puede contener la Plenitud infinita de la Sabiduría divina.
El miedo en el corazón inmortal es como una mosca de la fruta que inyecta con su trompa una larva que al final destruirá la fruta.
Tener miedo exagerado a Dios es vano porque Dios es el máximo Amor Mismo y es, desde el fondo de Su Corazón, humilde, manso, suave, indulgente y sumamente paciente.
Al Señor no le agrada que sus hijos intenten satisfacer miedosamente a Dios, sino más bien Él tiene la máxima complacencia en Sus Hijos que son igual a los pequeños niñitos que, sin miedo y temor ante sus padres, hablan y gritan todo el tiempo con buen ánimo, ¡como si fueran los señores de la casa! Y también, cuando con hambre y sed, corren hacia sus padres en todo amor y entrega infantil y les piden pan; y cuando, habiendo recibido el pan de las manos de los padres, les agradecen más a través de disfrutar felices y alegres el pan que a través de una exagerada reverencia y miedo o a través de largas palabras de agradecimiento sin gran contenido.
Las posesiones solo suceden entre las personas que han perdido su fe en un Dios y en la inmortalidad del alma
El Señor ha expulsado demonios tanto entre judíos como entre griegos.
Los espíritus malos solo se posesionan en la carne, pero no pueden dañar el alma de la persona.
Las posesiones parecen ser algo muy malo, pero está permitido por Dios porque tienen algo bueno: servir de una advertencia que la incredulidad en la vida después de la muerte del cuerpo es vana. También sirve para enseñar que el Señor es capaz de castigar a los hombres mundanos también en el más allá.
Un aspecto positivo de porqué Dios permite las posesiones es que el espíritu malo que se ha posesionado en la carne de algún hombre será humillado al ser expulsado y con eso después estará más iluminado y más manso. Las personas en el más acá que presencian el desarrollo de la posesión también podrán meditar más sobre espiritualidad.
Las personas que tienen una fe viva y luminosa no experimentan las posesiones, porque el alma y el espíritu penetran todo el cuerpo de tal manera que ningún otro espíritu puede entrar en aquella carne.
Si un alma está oscura y tiene miedo y está debilitada, entonces sí puede un espíritu entrar en tal carne.